viernes, 8 de febrero de 2013

Guerra de nervios.
Acto primero: Frente a los problemas de escasez y desabastecimiento crónicos, empezamos a oír excusas, no respuestas, una más manipuladora que otra, a unos de estos personeros se le ocurre asomar que todo esto se debe a esa “manía de los venezolanos de tomar vacaciones colectivas en diciembre”, se los juro que eso me dejo boquiabierto, otro decía que toda la culpa era la gente que cada día comía más y más, de verdad pensé, no es posible llegar a tanto me decía, y justo en ese momento se dio lo que siempre esperamos, los verdaderos responsables eran esos sátrapas capitalistas y en seguida la gloriosa milicia roja se lanzó a las calles en la búsqueda frenética de los acaparadores; cerraron, multaron y finalmente lograron decomisar 8 toneladas de azúcar industrial, no apta para el consumo humano, debidamente permisadas, legalizadas y ultra revisadas por ellos mismos pero que definitivamente para sus delicadas narices socialistas olían mal, así las cosas se decide enviarlas a Cuba para su nuevo procesamiento y volver a comprarla, para contribuir revolucionariamente a la solidaridad de los pueblos hermanos, a final de este acto todos brindamos con alguna gaseosa que quedo del inventario.
Acto segundo: Justo cuando desde las más altas esferas del régimen se lanzan rayos y centellas acusando a sectores aurinegros de la alternativa democrática de grandes guisos de corrupción, se le ocurre a las autoridades Alemanas detener a un ex ministro, ex vice y ex presidente del banco central iraní, con nada más y nada menos, que con un cheque por 70 millones de dólares guardados en unos de los bolsillos del bolso de viaje y emitido, supuestamente, por un gran banco nacional perteneciente al gobierno, la sorpresa oficialista ha sido tal, que todavía ninguno ha logrado dar con alguna de las ya mentadas explicaciones a las que nos tiene acostumbrados, y que conste que en esta caso puede haber mucha tela que cortar, total sucedió en unas de las cunas de los países imperiales y fácilmente se puede atribuir a una conspiración para enlodar la magnífica gestión de la fiscal general, al lograr llevar la impunidad a niveles nunca alcanzado jamás, termina este acto profundizando aún más la brecha entre lo que quiere la gente y lo que el régimen busca en su desaforada carrera de acabar con todo vestigio de algo que se parezca a una oposición.
Acto tercero: Nos vamos hacia las grandes glorias del golpe del 4F, así como también de algunos asomados, maromeros y mediocres animadores jala metras expertos, por doquier se multiplican los autobuses, busetas y camiones que arrastran hasta los tuétanos a esa masa enardecida de victoria popular y que se desgarita en canticos de la internacional para honrar a los héroes de las mil batallas de los últimos 14 años, de las cuales recordamos la de PUDREVAL, donde miles y miles de toneladas de alimentos se pudrieron o la de Amuay que literalmente arraso un poblado o finalmente la de la cárcel de Uribana donde fueron masacrados privados de libertad en plena requisa, ya a esta altura el desfile se vuelve frenesí cuando desde los más empinado del olimpo comienzan a sonar los tambores de la guerra contra los apátridas, gritan amor a los cuatro vientos pero lo único que esparcen es odio, amenazas y advertencias, sonríen, pero más que una risa parece una mueca siniestra que pretende infundir terror a quien ose pensar distinto, siguen escarbando en el pasado, reviviendo fantasmas de la lucha armada para tener más excusas para dividir y sembrar duras espinas en corazones amigos, ya nada importa más que salvar a la patria, todos nuestros problemas se reducen a entender que frente a la gigantesca inanición que nos acerca peligrosamente al abismo, solo vale “La Revolución”, el resto, eso que a la mayoría nos preocupa es simple pretensión pequeño burguesa que todavía llevamos de la IV, sin embargo, el acto no termina de llegar a su fin, la horrorosa inseguridad sigue ahí, se pavonea y cobra vidas que serán imposible de recuperar, de nada valen los discursos y los trajes de gala, cambian los actores, pero no el desenlace.
Definitivamente esta guerra de nervios se les escapa rápidamente a estos bufones de Marx, ojala el epilogo lo podamos escribir, aunque excesivamente meloso, tipo Delia Fiallo y no de un clásico drama de Shakespeare. Amanecerá y veremos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Con Moderacion y Respeto TODOS son Bienvenidos.