jueves, 4 de marzo de 2010

Unidad en Carabobo.

Alpargata no es zapato.
Definitivamente los deseos no empreñan, no por salir cientos de veces en los medios de comunicación o permanecer horas y horas enviando mensajes por cuanto aparato tecnológico se tenga a mano uno se convierte irremediablemente y por obra del espíritu santo en líder de las masas populares, no que va eso no es así, se requiere constancia, sacrificio y voluntad para echarse ese cacho de burro encima de recorrer un pueblo, un estado o un país sin más compañía que las de unos zapatos sucios, gente que cuando nadie daba una locha por la lucha sincera y sin populismos baratos de los más humildes, ni por la defensa a ultranza de la verdadera libertad de las regiones de manejar sus destinos por medio de la descentralización, dejó a un lado cualquier asomo de comodidad y se lanzo a conquistar el sueño de una Venezuela mejor y para todos sin distingos de ninguna clase, podemos y es natural que así sea, tener observaciones, profundas algunas, de la forma como se dieron unas cosas pero negar la entrega y el aporte de estos hombres y mujeres a la democracia verdadera, la que se padece a diario en nuestros cerros y barrios, es por decir lo mínimo un acto de inmensa mezquindad y es que al árbol que no da frutos nadie le tira piedras.
Así vemos a los francotiradores de oficio disparar a mansalva cuanta basura recogieron en su camino, los que ayer estaban muy ocupados en sus fortalezas de madera y nunca dijeron nada cuando a Carabobo se le robaba el puerto, el aeropuerto y las vías nacionales por esta camada de robolucionarios de pacotilla, y hoy lucen prestos a sacrificarse en nombre de lo que nunca defendieron, se desentienden de las primarias que ellos mismos han levantado como supuesta garantía de equidad, al igual que en el pasado agitaron la bandera de la abstención y aun siguen sin reconocer su error, están los permanentes críticos de la Mesa de la Unidad, que no saben ni quienes están, ni donde ni cuando se reúne, y sin embargo critican cuanto se diga o no a cualquiera que esté dispuesto a oírlo, mientras gestionan programas en la radio o T.V y dejan que los políticos, esos seres despreciables y mezquinos, hagan gigantescos esfuerzos por superar en los compatriotas el desánimo y la desilusión; son los oportunistas de siempre, que vivieron de los vínculos con los partidos y ahora los niegan, y para quienes el mejor candidato es el que habla, es decir ellos mismos.
Las cartas están echadas, nos jugamos los venezolanos nuestro futuro como nación libre, prospera y justa, donde todos tengamos reales posibilidades de crecer como personas y como grupo al mismo tiempo, donde se respete las ideas de cada quien y podamos avanzar con nuestras diferencias y similitudes hacia una verdadera potencia que sepa convertir los ingentes recursos que poseemos en riquezas genuinas y permanentes para las grandes mayorías, digámosle no a los pájaros de mal agüeros y a aquellos que como siempre quieren pescar en rio revuelto. Podemos ganar si convencemos, requerimos del coraje, el criterio y la generosidad para entender y apoyar la formula que nos encamine a la victoria, juventud y experiencia comprobada y una entrega fuera de toda duda, recordemos que alpargata no es zapato ni que le pongan tacón.

Publicado en el diario Notitarde la Costa el 04/03/2010.

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