sábado, 19 de agosto de 2017

Libertad o sumisión.


Tres cosas innegables han marcado nuestro panorama luego de la estafa del 30 de Julio, lo primero y más contundente ha sido, sin lugar a dudas, el enfriamiento total de la calle, de manera impresionante los sectores dominantes dentro de la alianza opositora, decidieron hacer una especie de pausa entre cantinflericas y confusas explicaciones, luchar y votar decían, pero inmersos cada uno en sus propias ambiciones, no le quedaba tiempo para más nada.

Lo segundo fue un reconocimiento de hecho y de derecho, de la que hasta ese día, llamaban un “fraude” y una “prostituyente”, como también llegaron a etiquetarlas connotados dirigentes blancos, azules, naranjas y aurinegros; legitimaron el nuevo poder constituyente al inscribirse y avalar con sus actos el timo de las regionales. 

Por último, el descubrimiento el 31 de Julio por parte de estos mismos actores de que estaban programadas unas elecciones locales, ¡Barbaros!, pautadas y programadas por el CNE desde antes del engaño constituyente, sin ningún tipo de discusión decidieron participar en aras de, según ellos, no ceder espacios, de que, ahora sí, con 23 gobernaciones en nuestro poder Maduro esta frito, de que es un acto de rebeldía, de que no hay forma de cometer fraude porque ellos están allí y de que su lucha es pacífica y asistirán a cualquier evento electoral en las condiciones que sean, es más, rematan diciendo que “como nos las pongan la bailamos”. 
   
Vamos a ver, ¿alguno se acuerda de la oferta que con la mayoría en la asamblea nacional, en 6 meses el hombre estaba fuera del poder?, ¿pueden más 23 gobernadores que 112 diputados?, ¿Cómo se come la rebeldía, si sumisamente aceptas todas las ilegales condiciones que te imponen?, si en definitiva la idea es no ceder espacios, en asistir a los eventos electorales porque con nosotros no hay trampa posible, ¿por qué no fuimos a la elección de la asamblea constituyente?, en el peor de los casos, sino lográbamos la mayoría, tendríamos por lo menos unos 250 constituyentistas. Maduro definitivamente, estaría temblando frente a tamaño supra poder originario y no solo quedaría desnudo frente al mundo, estaría el pobre en sus cueros.  

La verdad es que nuevamente la música y su ritmo lo está poniendo el régimen, pero no solo eso, también decide cual tipo de melodía es la que mejor le conviene, la cambia a su antojo, resuelve si hace una pausa, si la acelera o si la rebobina, elige con quien se puede bailar, donde puedes hacerlo, a qué hora y si vas desnudo o vestido, si es con ropa te hace el traje y si es en cuero, te impone el color, así de sencilla y trágica es la situación, si eres sumiso te premio, si eres contestatario te anulo.

Con estos hechos consumados siento que ya es hora de dejar atrás el tema de las regionales, quienes se inscribieron y van a participar en este desfile de vanidades, que les vaya bien, a quienes no asistiremos nos toca agruparnos, unirnos y ciertamente continuar una lucha profundamente constitucional, que no necesita pintarse de nada, solo de Venezuela.

Las agendas y los cálculos hace rato quedaron en el desfase, hoy corresponde decidir si queremos vivir en libertad o si preferimos deambular en sumisión.

Y no me refiero a una libertad etérea, me refiero a la libertad de vivir plenamente, de escoger tu camino, de tener desde como cubrir tus más básicas necesidades, hasta la total posibilidad de decidir en libertad lo que cada uno quiere ser, estamos en el umbral de definir lo que puede sobrevenir para este país y para todos nosotros por la próxima generación, de nuestras actuaciones hoy estará marcado el destino de nuestros hijos.


No cedamos ante el chantaje y la manipulación, es la hora de Venezuela, sin perder la fuerza y la esperanza, entendamos y asimilemos la dureza de lo actual, solo así podremos lograr el poder de cambiar las cosas y tomar el control de nuestro destino, es entre la Libertad o la Sumisión.  

jueves, 3 de agosto de 2017

Venezuela....Si yo pudiera.

Escrito con un amor rabioso.




Si yo pudiera devolverte esa alegría que perdiste hace tantos años, cuando muchos hasta desperdiciábamos todo ese amor que nos dabas, una buena cantidad éramos felices y no lo sabíamos.

Si yo pudiera recorrer de nuevo todos tus caminos y rescatar a quienes en muchas oportunidades dejamos atrás, porque se daba por hecho que estaban bien, cuando en realidad sufrían y padecían.

Es que había cosas importantes que corregir, era necesario cambiar, si, cambiar mi Venezuela, pero para mejor, no por venganza, en lo absoluto por resentimientos, lo podrido era necesario quitarlo, por amor, no por odio.

Si yo pudiera enderezar mis errores,  ver la realidad de tus heridas, de tu voz que gritaba en silencio, de tus venas que empezaban a sangrar.

Si yo hubiese podido frenar la locura que apenas empezaba y que como río enceguecido fue tomando cada espacio de tu geografía.

Si yo pudiera decir hoy: ¡Basta ya!, que se detenga este ejercicio criminal que aniquila, mata y encima, utiliza el amor para esconder sus miserables acciones.

Si yo pudiera estar cada minuto, cada hora, cada día a tu lado para defenderte, para quererte, para amarte a lo largo y ancho de todos tus rincones.

Que no exista temor en mis manos, ni temblor en mi voz que me impida darte todo lo que te mereces, mi Venezuela.

Si yo pudiera execrar a los que te violan, te maltratan, te someten y encima pretenden que te arrodilles frente a ellos.

Pero también a quienes se maquillan, se polvorean, se disfrazan y procuran enamorarte con colores diferentes.

Si yo pudiera lograr que todos viesen el velo que encubre tanta traición, tanto negocio, tanto menosprecio por ti, porque mire que te lo he dicho una y mil veces, publicado hasta el cansancio.

Se sorprendería el mundo entero de tantos juegos de hambre por tu nombre, por tus venas y por tus incontables riquezas que crecen en tu interior.

Si yo pudiera lograr que advirtieras que vivimos tiempos cruciales, que los políticos de bolsillo, del bando que sea, no les importas, para ellos eres un negocio, un tatuaje circunstancial.

Si yo pudiera encauzar a la gigantesca mayoría de tus sentimientos, que por millones vociferan a todo pulmón: ¡Que se vayan ya!

Que no queremos arlequines, payasos, ni maromeros, que dentro de nuestras entrañas solo anhelamos la fuerza de la honestidad, el impulso de la verdad y el poder de la autenticidad.

Si yo pudiera convocarte, manifestarte y lograr que tus millones de células salieran prestas a defenderte a capa y espada, por tu dignidad, por tu libertad, por tus hijos.

Porque como me duele cada vez que recuerdo tantas muertes, tanta sangre, tanto dolor a manos de desalmados sin escrúpulos, ni moral.

No puedo, entonces callar, es imposible no gritar por la democracia, de manera plena y total.

No me pidas que me conforme, que pacte, me acomode y simplemente te deje a merced de sanguinarios y entreguistas.

Si yo pudiera Venezuela, te enseñaría por donde van las cosas, te ayudaría a que vieras con claridad quienes insisten en destruirte, quienes dicen defenderte pero no lo hacen y quienes en realidad estamos dispuestos a darlo todo por ti.

Somos millones, silenciosos, pequeños cada uno de nosotros, pero gigantes si logramos unirnos.

Claro que quiero mi Venezuela, que seas otra, que no te parezcas en nada a esta camisa de fuerza que te quieren terminar de imponer, pero que tampoco tengas nada que ver con disfraces del pasado.

Eres joven, altiva, decidida y con millones de hijos que quieren defenderte, nada ni nadie podrá frenar tu futuro, pueden, si los dejamos, alargar la agonía de todo lo viejo que se muere, pero nunca lograran impedir tu triunfo.

Si yo pudiera mi Venezuela, te citaría para mañana, en el mismo lugar, a la misma hora, con todos tus hijos para amarte y luchar, para lograr sacudirte de alimañas y criminales, pero también de zorros y camaleones.