jueves, 8 de mayo de 2014

La Ley y el decreto 058.

El ombligo, el bosque y la indiferencia.
Eduardo Sánchez
Si algo ha procurado el régimen que nos gobierna desde hace 15 años ganar, es precisamente la batalla por las ideas, la búsqueda incansable de imponer su modelo a como dé lugar; prácticamente al mismo tiempo que llegaban al poder, trataron de modificar nuestros pensamientos sobre la democracia y el concepto que tenemos de la misma, al principio de manera torpe y desarticulada, pero luego de una forma mucho más elaborada y homogeneizada, el decreto 1.011, la resolución 751 de primero, y la LOE y el decreto 058 luego, demostraban tajantemente las verdaderas intenciones de estos adalides de las causas perdidas y la defensa de los pobres.
Así que nada de lo que está pasando acaba de llegar, es más, durante la campaña de 2004 por el revocatorio constitucional, las cartillas que coloreaban nuestros niños de preescolar en las escuelas públicas reflejaban a la oposición como el diablo y a Chávez como Florentino, era la "guerra ideológica" como le gustaba mencionarla al fallecido líder de este nefasto régimen; duras luchas dieron algunos ya convencidos de lo que buscaba el oficialismo, con mis hijos no te metas dixit, sin embargo, para muchos eso era imposible que sucediera en nuestro país, no se daban cuenta de que hacía rato había empezado el proceso y que como una nube venenosa se iba expandiendo poco a poco.
Nos mirábamos, antes y ahora, el ombligo, muchos en estos días han descubierto una ley aprobada en 2009, por cierto, por una Asamblea Nacional que le entregamos en bandeja de plata al régimen, fruto de nuestro marcado egoísmo y del triunfo de la antipolítica en 2005, era increíble, no conformes con el desastre de 2002, nuevamente los que se la disfrazan de puros y cristalinos de cuerpo y mente volvían a imponerse y nos sometían a un terrible error que ha originado varios de los esperpentos legales con los que este gobierno ha usurpado y pisoteado a la Constitución, con la LOE quedaba legalmente establecido que el Estado monopoliza el conocimiento, la enseñanza y el aprendizaje, que la educación se colectiviza a través de las colonias escolares, que el niño pierde su identidad como individuo y asume la identidad del colectivo y, por consiguiente, jura amor a la patria socialista y al internacionalismo proletario, el hombre nuevo, pues.
De tal forma que el nombrado 058 no es más que consecuencia, desde el año 2012 puesto en práctica en la mayoría de escuelas oficiales y colegios privados, de la ley ya comentada, se nos perdió el bosque e irremediablemente ahora caemos en cuenta de que estamos enredados. Marx, en uno de sus tantos instructivos, decía en 1875 que "en todo régimen social razonable cualquier niño de nueve años de edad debe ser un trabajador productivo"; ¡carajo!, cuando decíamos esto en ese momento, la mayoría de los padres y representantes nos miraban como a un bicho raro, no entendían, y lamentablemente todavía muchos no lo ven, a quien estábamos enfrentando, la ingenuidad y el escepticismo han sido aliados importantes en los avances oficialistas por imponer su visión.
No son cuentos de camino, la indiferencia, ya no de las grandes mayorías, sino de quienes se supone habiendo tenido la oportunidad de prepararse, educarse y formarse para poder construir una Venezuela democrática, próspera, moderna y de este siglo, simplemente miren hacia un lado, es por lo menos decirlo decepcionante, a la realidad de una escuela destartalada, estudiando en el piso, sin pupitres, sin agua, sin comida, con calor porque ni siquiera tienen un ventilador, de un gobierno que en 15 años son escasos los planteles construidos, que lo único que le interesa es imponer su ideología trasnochada y fracasada, es necesario darle respuestas contundentes y precisas.
Tú decides: escuela o colonia escolar.

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