jueves, 22 de mayo de 2014

#Venezuela: N.B.I.

Eduardo Sánchez
No, no tiene nada que ver con espionaje, ni imperios, ni ocho cuartos; tampoco es ninguna grosería, mucho menos un nuevo ministerio de este "su socialismo del siglo pasado"; es algo más serio, de verdad.
Y es que a pesar de la propaganda oficial, el mapa social venezolano se ha mantenido inalterable durante los últimos 15 años de mandato rojo, verbigracia, 44,5% están en el estrato E.
El número de pobres bajo la revolución sigue siendo el mismo.
Lo poco que hay no se puede comprar.
No alcanzan los reales.
Kenyimar tiene 25 años, a esa altura del juego ya tiene seis hijos, es decir cuando tuvo su primer párvulo, todavía debería, debería, haber estado con muñecas o Power Ranger, ¿qué sé yo?, sobrevive en el paralelo 70 del Empinado, al final del cerro en un destartalado rancho de tabla y zinc, y su mayor sueño "es tener una casa digna en donde mis hijos puedan vivir, que puedan comer tres veces al día, estudiar y acudir al médico para mejorar su salud". La revolución no solo no fue televisada, subió cerros únicamente para cambiar espejitos de promesas por votos, más nada.
El salario mínimo subió a BsF. 4.251,40 y el pasaje en autobús de Valencia hasta Maturín pasó de 253 a 700 bolos, medio chuzo, papa, un 30% para ti y unos 200, 300% y más para los otros, en la ejecución de los precios justos socialistas.
A los indios los fregaron con vidrios y a nosotros nos reventaron la ventana de frente, para que los recojamos del piso con las manos limpias.
Es que todos sabemos cómo es la cosa cuando el agua llega al río, los primeros pagapeos son los más necesitados, este castillo de mentiras y manipulación revolucionaria terminará desplomándose sobre nuestras cabezas, con mucho aviso, pero pocas previsiones.
Pero ciertamente, con esas cuatro lochas mensuales y una que otra misión, ¿quién carrizo puede tomar alguna medida para poder resistir la embestida de la bestial inflación que estamos viviendo?
¡Ah!, pero entonces el INE nos habla de las "Necesidades Básicas Insatisfechas"; no, vale, no se puede con tanto.
Hoy los venezolanos apenas respiramos un día para intentar vivir el otro; si no nos mata la delincuencia, las enfermedades nos desploman entre CDI y hospitales, literalmente abandonados a su suerte; nadie que haya tenido que ir hasta uno de estos dizque centros de salud puede decir ¡muy bien!, y a pesar del titánico esfuerzo de enfermeras, médicos y todo el personal que ahí trabaja, la corrupción, el despilfarro y la desidia de los gobernantes boliburgueses pueden mucho más.
Kenyimar tiene 3 hembras y 3 varones, entre dos y 17 años de edad, ninguno ha pisado una escuela, Kelling de 11 años dice: "yo veo a muchos niños en la mañana y en la tarde ir a la escuela con sus bultos, a mí también me gustaría asistir con mi uniforme para aprender a leer, a saber cosas, a jugar, pero no puedo; mamá no tiene dinero para pagar los estudios de todos; sólo mi hermanita pequeña está aprendiendo a leer y luego ella nos enseñará", nacieron en revolución.
El panorama es desolador, la situación y perspectivas económicas han empeorado, se avizoran una mayor caída en la actividad, inflación rampante, déficit fiscal incontrolado, escasez de bienes básicos, sobrevaloración de la moneda, reducción de reservas o alzas del riesgo país.
Y esos carajos vienen a hablar de unas fulanas necesidades básicas insatisfechas, bárbaros, los únicos que realmente pueden satisfacer plenamente todas sus necesidades son los ricos, los enchufados y ellos.
Los demás, muriendo de mengua, económica, social y profundamente moral.
Hemos retrocedido a niveles jamás pensados por muchos, pero ciertamente reales; llegar a un rancho a las 10 a.m. y ver cómo las ratas se pasean por encima de las colchonetas es sencillamente atroz e imperdonable.

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