martes, 25 de enero de 2011

La O.E.A. y las Cartas.

Carta democrática.

En estos últimos días, en su incomparable estilo de zigzag camaleónico, el Secretario General de la O.E.A., declaro que pronto debatirán la Ley Habilitante otorgada al Presidente por la anterior Asamblea Nacional y agrego que “No me parece que esté ni dentro del espíritu ni en la letra de nuestra Carta Democrática el que un Congreso que se va pueda atarle las manos al Congreso que llega. Yo no creo que eso se puede hacer”, y los comunes mortales no nos queda otra que sorprendernos de estos ataques de civilidad que de vez en cuando vemos en nuestro entorno internacional con respecto a la grave crisis institucional, social, política y económica que venimos padeciendo los venezolanos desde hace mucho tiempo a manos de un régimen que además de su gigantesca incapacidad para poder solucionar los problemas de los compatriotas se ha dedicado de manera continua y constante a arremeter contra personas o instituciones que piensen diferente y que lo manifiesten a viva voz, criminalizándolos por medio del control absoluto del resto de los poderes del Estado.
Ahora, honestamente yo prefiero que los venezolanos podamos aplicar otro tipo de carta, una que nos dé el derecho a tener igualdad de oportunidades para una vida digna y que por medio de un trabajo honesto y bien remunerado tengamos los ingresos suficientes para comprar un techo que nos sirva de base para crecer, realizar nuestros aportes como ciudadanos responsables para procurarnos en el futuro una adecuada vejez, adquirir los bienes y servicios que nos plazcan de acuerdo a nuestras posibilidades y en definitiva sentir que la lucha diaria tiene una recompensa real, que nuestro esfuerzo vale, que se sienta un Estado, en todos sus niveles, que cumpla con la obligación de gobernar con eficiencia y eficacia para el bienestar, no de un grupo ni de una parcela política en especifico, sino de verdad de las grandes mayorías.
Una carta que logre hacernos entender las obligaciones reales de unos gobernantes, que dedicados a la pelea y a la camorra por encima de las necesidades de la gente, se les olvido por completo para lo que fueron elegidos o designados, que nos coloque en la mira del futuro para poder desarrollarnos como país de gente de trabajo en el campo, en las industrias, en el comercio y no en rebuscar en el pasado historias mal contadas de guerras entre ricos y pobres con cuentos macabros de separación de clases sociales en la búsqueda criminal de intereses bastardos que en nada se parece a nuestra manera de resolver los conflictos entre hermanos de una misma tierra, debemos los compatriotas dejar de oír estos cantos de sirenas de quienes para tapar y esconder su manifiesta falta de interés por los problemas de verdad, recurren estos épicos trasnochos para zafarse de su obligación de presentar cuentas de sus gestión de gobierno.
Se hace necesario que encendamos la luz de la dura realidad y podamos ver sin embustes ni fanatismos hacia donde nos ha llevado este régimen, que tras doce años de continuas batallas patrióticas, lo único cierto que ha dejado son las miles de cartas de todos aquellos que claman firmeza frente a un hampa incontrolable a una justicia permanentemente en estado de vacaciones donde no miran, no ven, no hablan y no solucionan nada.
Publicado en el diario Notitarde el 13 de Enero del 2011.

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