jueves, 6 de enero de 2011

Abran los ojos

Abran los ojos.

Se ha convertido en algo natural entre las personas intentar averiguar qué les depara el futuro cuando termina un año como lo conocemos, y estemos en el umbral de uno nuevo, sienten una gran necesidad que se les diga que va a pasar en las diferentes facetas de la vida, intentan escudriñar en el horizonte en busca de mágicas formulas, y es que no hubo una sola conversa a las que asistí en esta navidades en donde casi todos al unisonó, preguntaban por el destino del país, de nuestros hijos o de la economía, sin embargo, lo más peluo de la cosa es que quieren detalles precisos y claros, no se conforman con ninguna vaguedad ni giros de aquí o de allá que al final no entiendan, no señor, quieren nombres, hechos concretos, lugares, horas y fechas para tener listo su plan seguro y así poder pasar lisos frente a cualquiera eventualidad, tratan de buscar una especie de tabla de salvación frente a las incertidumbre a las que particularmente nos somete un régimen, donde muchos intentan pitonisar sobre lo que viene pero tan solo uno sabe, más o menos a ciencia cierta, cual va a ser el próximo camino culebrero por donde intentara llevarnos aunque sea a rastras a todos por igual.
De tal forma que no es nada fácil tratar de salirse del paquete con dignidad y al mismo tiempo darles un poco de consuelo a los amigos preguntones sobre hechos muy difícil de predecir, mucho menos estimar con claridad meridiana tales eventos sin caer en el absurdo de ponerse a hablar pistoladas y falsas elucubraciones de lo que está por venir, no papa bola de cristal no tengo, lo que sí puedo aportar es mi sencillo punto de vista sobre nuestra actuación: Abrir los ojos.
Aja, ¿y cómo es eso? Sencillo, cada uno debe hacerse algunas preguntas de rigor como por ejemplo: ¿Cuando gano el actual Presidente las elecciones del 98 cuál era su situación laboral? Y empiece a hacer el recorrido por su mente, revise si estaba desempleado o por el contrario usted estaba en una buena empresa privada que con algunas discusiones e incluso peleas por sus derechos, que se las respetaban, gozaba de estabilidad y buena remuneración monetaria y social; ¿Tenían vivienda usted y los suyos? Recuerde cuantas personas vivían en ese techo y cuantos en este instante están arrumados a su lado, o no tenia casa sino un puente sobre la cabeza y en todos estos años de esperanzas y luchas ahora tiene una carpa sobre sus hombros, aunque es posible que viva ahora en una de las que hicieron los Iraníes o los Uruguayos; ¿Tenía mucho miedo de salir a la calle y lo mataran? Revise entonces cuantas veces ha ido a la morgue a reclamar un deudo en los últimos años, o de pedir justicia sin ser oído por nadie, aunque de repente usted goza de plena libertad de salir a donde sea y a la hora que sea sin ningún temor; ¿La luz, el agua y la basura servían? Piense a ver cuantas horas pasa ahora a oscuras, o los días sin bañarse, peor imagine los montones de suciedad acumulada por donde pasa a diario.
Finalmente si una vez hecho su examen del recuerdo usted es feliz, tiene casa propia, buen trabajo, luz que le enceguece, agua para regalar, su calle es más limpia que talón de lavandera, la seguridad es la norma, ¡Este tranquilo, su futuro es brillante! Caso contrario: Abra los ojos.

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