miércoles, 16 de enero de 2013

Un país de novela.
Debe estar definitivamente en nuestros genes esta manera de afrontar las circunstancias delicadas y que nos agarran por sorpresa o hemos llegado a tal nivel de desinstitucionalidad que las respuestas de los entes de Estado ahora vienen dadas vía twitter o en medio de algún discurso de arenga política, las constituciones definitivamente son el marco que cada país escogió para seguir dentro de su propia legalidad, discutir, interpretar y manipular por intereses personales y grupales actos y procesos claramente establecidos en nuestra vigente constitución no pasaría de meros ensayos si el entramado institucional estuviera en su lugar, sin embargo no es este nuestro caso, aquí una bien dirigida operación ha venido destruyendo cada uno de dichas instituciones y por eso estamos entrampados en una situación que aun teniendo precisa solución constitucional se ha convertido en una muy mala novela con un final nada claro todavía.
Luego de la partida del Presidente a Cuba para realizarse una nueva operación, del mal que lo aqueja, una lluvia de malas oraciones, pésimos partes políticos y un manejo en extremo irresponsable por parte de los altos funcionarios del régimen mantiene al país en una peligrosa atmosfera de incertidumbre, dedicados cada día mas a encerrarse en sus propias disputas internas se les ha olvidado de manera recurrente que aquí existe una nación que merece una respuesta clara, directa y honesta, recurriendo como siempre a las descalificación de quienes no comulgamos con su bendito dizque proceso revolucionario, nos acusan de ser lo peor del mundo y ellos casi Ángeles Celestiales que solo imploran amor, utilizando sin pudor nuevamente todo el poder del Estado para un incierto juego que en nada ayuda a resolver lo que hay que hacer de acuerdo a nuestro marco legal vigente.
Más allá de la condición de salud que afronta el Presidente, aquí lo que esta planteado es hablar con la verdad y actuar con la mayor responsabilidad, nadie tiene el derecho de utilizar una enfermedad para manipular de manera tan macabra a un país que hablo el 7 de octubre, cierto que 8 millones votaron por una propuesta y obtuvo la victoria, pero también unos nada desdeñables 7 millones expresaron una voluntad democrática, tanto unos como otros lo único que están pidiendo es la verdad, nada mas y nada menos que la honestidad de dejar la manipulación sobre los sentimientos y hablar con la serenidad que las circunstancias ameritan, ya basta de unos funcionarios oficiales dedicados solo a amenazar, insultar, amedrentar y acusar a los factores democráticos de tantas mentiras, que se asuman las cosas en su justa realidad y se actué en consecuencia.
Bien claro se ha hablado desde la alternativa democrática, este país merece un trato serio y no esta novela de capítulos de a pedazos a los que nos han sometido durante estos últimos días, no se puede estar en un permanente manejo de la candela y mientras tanto se lanzan acusaciones a diestra y siniestra para intentar tapar no sabemos que inconfesables intenciones, podemos tener posiciones diferentes y pensamientos distintos, sin embargo, los que creemos realmente en la democracia como una forma de vida no podemos permitir que se siga en esta peligrosa carrera donde como siempre será el pueblo llano el que pague las consecuencias.
Cerramos el 2012 con más de 21 mil muertos, cifra espeluznante y que debería ser el principal motor para ponernos de acuerdo y trabajar por el bienestar colectivo, adicionalmente se cierne sobre todos nosotros medidas económicas que irremediablemente van a afectar seriamente nuestra vida cotidiana, de tal forma que estos momentos el llamado es a que prive la sindéresis y el interés mayor, es la hora de la política de altura. Cuidado.

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