jueves, 8 de abril de 2010

Los ni ni en Venezuela.

Ni aquí. Ni allá.

Keymar se sentía extremadamente cansada, todavía no se recuperaba de la semana santa, y es que con el decreto del comandante tuvo que lidiar mas de diez días sin poder trabajar pero si alimentar a la tropa de tres muchachos que trata de mantener sin ayuda de nadie desde hace mas de dos años cuando el sinvergüenza de Leomar agarro las de villa diego y se perdió del mapa, en su mente solo surgían pensamientos de preocupación por los múltiples problemas con los que había empezado este mes de abril, lluvias y mas lluvias complicaban los ya dificultosos días de cortes de electricidad cada vez mas frecuentes y nada de programados, el techo del ranchito estaba a punto de caerle encima y ella recordaba con rabia las promesas hechas cuando los sacaron de las Salinas, luego de casi un año de haber invadido, por parte de las flamantes nuevas autoridades municipales de construirles viviendas dignas en cientos de petrocasas, pero todo eso se lo llevo el viento y hoy solo busca la manera de asegurarse no se le venga la casita encima, para remate su jefe le ha dicho que definitivamente si la cosa no mejora en la tienda tendrá que cerrar y ella lo sabia, hace mucho rato que las ventas se han venido al suelo, no hay clientes y lo poco que se hace apenas da para pagarle a ella y a Solangel, su compañera y amiga.
Esta noche gracias a dios hay luz, pero sorpresa no hay agua y el aseo otra vez tiene días que no pasa, termina de prepararles a los tripones unos bollitos, con un poquito de harina pan que le presto la vecina, mortadela tapara y Big Cola para llenarlos y se vayan a dormir de una vez, les echa una lavada rápida a los ventiunicos uniformes de los chamos con un tobito que le quedaba, un ultimo coleteo al racho y ya agotada prende la tele y se achinchorra para disfrutar de esos escasos momentos de cierta calma y ver como va la cosa de Tomasa con sus te quieros, no había pasado mucho tiempo cuando sintió ráfagas de tiros cerca, apuradita corrió hacia los niños los arropo y espero un rato, los plomazos cesaron, dio gracias a la virgencita y se refugio de nuevo en los brazos de su novela, al final se quedo dormida entre una pertinaz llovizna y la angustia de no saber como hacer si cierran la tienda y es que Keymar esta segura que si no trabaja no come, nada que ver con cuentos de políticos, ni de ahora ni los de antes, no que va lo suyo es trabajo y mas na.
No es cuento nada de lo anterior, todas estas décadas de políticos corruptos e ineficientes han abierto una gigantesca brecha entre los más necesitados, las banderas de inclusión del actual régimen solo fue una trampa caza bobos para repartirles las migajas mientras ellos se enriquecían a manos llenas sin ningún pudor y a la sombra de un socialismo que lo único que ha hecho es destruir todo lo que se consigue a su paso, el reto que tiene la alternativa democrática en las venideras elecciones parlamentarias no es ninguna pelusa de mono, se trata de lograr convencer a los venezolanos de la imperiosa necesidad de una Asamblea Nacional de múltiples colores pero también de demostrarle a los compatriotas que los legisladores sirven para cosas practicas y reales que ayuden de verdad a solucionar sus problemas.
Publicado en Notitarde la Costa el Jueves 08/04/2010.

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