lunes, 24 de febrero de 2014

Punto ciego.

Punto ciego.
Si pudiera dejar la página en blanco, lo hiciera, son tantas mezclas de sentimientos y pensamientos, que todos se arremolinan alrededor y como en nuestras cotidianas colas, se caen a empujones y hasta golpetazos para ver quien pasa primero.
¿No sienten lo mismo, o son solo vainas mías?
Jóvenes y estudiantes muertos, cientos de detenidos y torturados, paramilitares vestidos de civil o de uniforme, disparando a mansalva contra manifestaciones, que a lo sumo tendrían piedras o palos, funcionarios oficiales de altísima responsabilidad, arengando a arrasar con los “fascistas y apátridas” como de lugar, nos da un profundo hedor a gobiernos definitivamente fuera de todo orden legal y constitucional.
Y mientras tanto, las cadenas nacionales de televisión pasando los teletubies, concierto de vallenato en el llano o la última ocurrencia de Justin Bieber, como si ciertamente todo dentro del país fuese en extremo normal y no hay ninguna noticia importante que reportar sobre acontecimientos nacionales, ya no es la censura gráficamente comprobada, ahora es una entrega casi total a las disposiciones, recomendaciones y consejos de los funcionarios del régimen, y si por algún descuido se les escapa una cobertura de algún dirigente importante de la alternativa democrática, de inmediato viene una especia de cadena autoimpuesta de largas alocuciones de algún personero gubernamental, como diciendo ¡uy, perdón!, pero no se preocupe ya me vuelvo a encarrilar.
¿Golpe de Estado en desarrollo?
Cuando en algún momento toque hacer chistes con las explicaciones del gobierno frente a situaciones conflictivas, está definitivamente deberá estar entre los primeras, vamos puede una cuerda de carajos desarmados, con las manos pintadas de blanco, sin poder político importante, sin armas, sin ejército, sin “colectivos” y finalmente sin real, ¿tumbar un gobierno?
Por favor, la verdad es que ha sido la profunda y dantesca crisis social, económica y política de este nefasto régimen, la que ha llevado a capas importantes de la población a levantarse y manifestar su hastió frente a esa realidad, es el cansancio de los sectores medios a la inseguridad y la impresionante bajada de su nivel de vida el caldo de cultivo para poder salir a gritar ¡basta ya!, son 15 años de expropiaciones, de acabar sistemáticamente con la actividad privada, de cercar y arrinconar a las universidades nacionales, los motores impulsores de las protestas hechas en las principales ciudades del país, es la obsesión trasnochada de querer convertirnos en una especie de nueva Cuba, el motivo del rotundo rechazo por parte de los estudiantes. ¿Pero, y los sectores populares? ¿Felices?
No creo que nadie que tenga que levantarse bien temprano, ya no para ir a trabajar, sino para ir de mercado en mercado a ver que consigue para poder llevar a la casa, debe estar muy contento que digamos, sin embargo, todavía no se sienten ganados a levantarse y hacerle escuchar al régimen su descontento, honestamente no tengo ni idea de que los pueda motivar a permanecer impasibles como si la cosa funcionara.
Y lo digo, porque principalmente quienes más pasan trabajo son precisamente los sectores más pobres, a ellos los golpea con mucho más fuerza la subida de precios o la escasez, cuando se cierran fuentes de trabajo o se pasan años sin un nuevo contrato colectivo, pero ciertamente no ven la protesta ciudadana aun como alternativa para buscar soluciones a sus problemas.
¿Entonces, fregados? ¿Y ahora preso Leopoldo se acabó la rabia?
Me resisto a eso, ahora es cuando hay lucha y terreno por andar y aunque pueda sonar medio pendejo, creo como Aquiles Nazoa, “...en los poderes creadores del pueblo, creo en la poesía y en fin, creo en mí mismo, puesto que sé que alguien me ama.”
Publicado en mi columna Eje critico, en Notitarde el jueves 20/02/2014.

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