jueves, 26 de septiembre de 2013

¡De todo como en Botica!

Tres notas saboteadoras
Como muestra de mi total apego a la novísima idea del régimen de iniciar la transmisión del “noticiero de la verdad”, he decidido presentar indiscutibles pruebas de los planes conspirativos que adelanta la derecha endógena en tres frentes fundamentales para el porvenir de la patria, empiezo con el tema eléctrico por razones más que obvias, porque ojo, usted puede quitar la margarina de la mesa o el papel higiénico del barandal pero eso de quitarnos la luz, para que no podamos ver las ejemplarizantes y educativas alocuciones del líder sustituto, demuestra un macabro intento para hacernos presa fácil de las mentiras que hablan de racionamiento, ineptitud y corrupción, los verdaderos culpables son los infiltrados que le envían a los medios unas benditas “notas de prensa” donde se dice textualmente, si aunque no lo crean textualmente, que “Corpoelec ejecutará labores de mantenimiento preventivo y correctivo en redes de distribución de los municipios tal y cual”, ¡habrase visto tamaña manipulación!, sino fuera por esas notas nadie se daría cuenta de que la luz, aparte de su casa, también se fue en 8 de los 10 municipios de la zona donde vive, así camaradas de la tropa la tarea es sencilla, descubrir estos infiltrados que cuentan a los demás los interminables mantenimientos que hacemos sin ningún resultado tangible, para así seguir escondiendo el bulto un rato más.
A lo segundo que debemos caerle como moscas queridos compatriotas, es a ese grupo de diputados, de una dizque movida parlamentaria, estos señores en su continua guerra económica se han dado a la tarea de ir de pueblo en pueblo a hablar de desabastecimiento, que si no hay leche, ni gas, ni papel, puras mentiras, basta que cualquiera de nosotros vaya tranquilamente sin colas, sin empujones y sin nervios a el Pdval más cerca de su casa y vera la verdad en su más puro estado natural, es decir vacío, pero no porque no existan los productos, lo que pasa es que estamos abriendo los espacios para poder recibir los bienes que compramos a Colombia por 600 millones de dólares, fíjense hermanos que no son cuentos, vamos a traer 40.000 toneladas de leche en polvo, 60.000 cabezas de ganado 42.000 toneladas de carne, 6.000 toneladas de mantequilla, 20.000 toneladas de aceite crudo de palma y ¡1,7 millones de pollitos de un día de nacidos!, más claro ejemplo de soberanía alimentaria socialista imposible.
Finalmente y no por eso menos importante, los infaltables chinitos, cuanta critica que ha salido de las voces apátridas que no ven en su real dimensión los flamantes convenios que hemos firmado con estos desinteresados amigos del lejano oriente, ellos el único interés que han mostrado hacía esta tierra es por el mana de petróleo que tenemos hasta para tirar para arriba, pero salvo esa bagatela, no tienen ningún interés en colonizarnos, como si la tienen los despreciables yanquis que no pelan una oportunidad para reclamar democracia, derechos humanos y otra sarta de manipulaciones anglosajonas, la verdad que debemos hacerla relucir a los cuatro vientos es que estamos avanzando a pasos agigantados hacia la consolidación de una gran solidaridad entre pueblos hermanados, claro los camaradas chinos, como tienen mucho más experiencia que nosotros en el concierto mundial, nos llevaran, junto a los primos cubanos, por la senda de prestarnos y les pagaremos con barrilitos de oro negro, de tal forma mantendremos intacta nuestra soberanía para decidir de cuales pozos les solventaremos la deuda, que bueno ellos nos han pedido que sea en dólares, pequeño detalle porque al final para eso está la familia, ¿o no?
Espero que estas tres notas ayuden al noticiero de la verdad a descubrir en su justa dimensiones el innumerable propósito de abrirnos los ojos.
El hoyo comunal
¿De qué les puedo hablar que ustedes no hayan vivido en carne propia durante estos ya 15 años de revolución?, es lejano, pero posible que quizás algunos nunca hayan tenido problemas con la recolección de basura en su calle, pero y de eso si estoy 100% seguro, si no ha sido víctima del malandraje desbordado a lo ancho y largo de nuestro país, alguien cercano lo ha sufrido en carne propia, sino vean como ya estamos a pocos muertos de ocupar el primer lugar en el mundo como la tierra más peligrosa del planeta, también es factible que usted sea uno de los pocos venezolanos que le alcance el sueldo para vivir tranquilazo, pagar todos los servicios, colegios, canasta básica y no morir en el intento, pero inequívocamente más de una vez le ha recordado a los cuatro vientos la madre a alguno de sus predilectos funcionarios del régimen por que ya lleva unas cuantas horas sin luz, o bueno como colocó en estos días alguien que decía ser de el Hatillo en Caracas, que ellos no tenían ningún tipo de problema con la harina, la leche, la mantequilla y esas otras menudencias, que las colas eran fruto de las mentes enfermizas de los medios golpistas y que en el peor de los casos los verdaderos culpables eran esa gente que compraba como desesperados, como si las cosas se fueran a acabar, inconscientes los tipos, ¿no?
Lo cierto es que podemos tener diferencias de criterios, lo más seguro opiniones políticas distintas, pero no me van a negar que vivimos tiempos de un régimen del “yo no fui”, aquí nadie del gobierno es responsable de nada, siempre hay un pendejo a quien echarle la culpa o como ha sido la moda últimamente a la conspiración, se cayó un puente Guasdalito, le cayó un rayo a las instalaciones petroleras, no hay papel higiénico, hay cientos de derrumbes por las lluvias, no se ha terminado el metro de Valencia y todo, todo es responsabilidad de la cuerda de conspiradores, saboteadores y demás yerbas que como la verdolaga parecen haberse multiplicado por millones, estar siempre en el momento justo, a la hora adecuada y tener a mano una mágica caja de herramientas para proceder a seguir mal poniendo a unos funcionarios que lo único que hacen es dedicarse en cuerpo y alma a trabajar por el pueblo mismo.
Estamos definitivamente en un limbo de gobierno, en un laberinto de interminable de torpezas, ineptitud y mediocridad nunca vista, frente al drama diario que vivimos y ante la ocurrencia de hechos como el apagón que dejó sin electricidad al corazón poblacional, económico y social de Venezuela la respuesta fue de “golpe eléctrico de la extrema derecha”, a nadie de ellos se le ocurrió reflexionar en serio y preocuparse por las graves implicaciones del hecho y actuar en consecuencia, que va eso es mucho pedir, para nada han sido suficientes los más de 23 mil millones de dólares ahogados en este mar de latrocinio rojo que nos consume hasta los huesos, lo único que atino a decir el ilegitimo fue que “no nos van a sacar de aquí, así apaguen mil veces la luz”, no se ha dado cuenta que ese martes el silencio hablo.
Y ahora las comunas, pero ojo que nadie se equivoque ese esperpento no representa en lo absoluto “poder popular”, muy por el contrario es más control central sobre cada uno de nosotros para terminar de arrodillarnos, lo único que se persigue es mantener el mando a costa de lo que sea, saben desde hace un buen tiempo que el favor electoral no está de su lado y por supuesto en ese minestrón ideológico que tienen, inventan vainas sin pie ni cabeza en el desespero de frenar lo indetenible, aquí no viene ningún lobo extranjero, ni conspirador nacional, si hubiesen leído a Carlos Marx sabrían que tenemos al frente un estallido espontáneo por reacomodos de capas subterráneas de la sociedad, el hoyo pues.
Los sonidos del mar, y II
Ciertamente ganó quien ofrecía freír literalmente a los adecos y copeyanos en aceite; hasta una cuña, jamás prohibida por el órgano electoral de ese entonces, nos enseñaba gráficamente cómo sería la fritanga de una buena parte de los venezolanos. Prefirió la mayoría de los compatriotas irse por el barranco de las aventuras de un golpista cuyo mayor logro hasta ese momento era ser un muy buen animador de fiestas; creo, sin temor a equivocarme, que solamente su discurso del 2 de febrero del 99 fue el único que contuvo algo cuyo contenido vale la pena recordar; fíjense por ejemplo en estas palabras: “… Aquella crisis moral de los años setenta fue la gran crisis y ésa es la crisis más profunda que todavía tenemos, ése es el cáncer más terrible que todavía tenemos allí presente en todo el cuerpo de la República; ésa es la raíz de todas las crisis y de toda esta gran catástrofe. Mientras no curemos ese mal seguiremos hundiéndonos en la catástrofe, aunque el petróleo llegue de nuevo ¡ojalá que no! a 40 dólares el barril; no lo queremos, no queremos que llegue a 40 dólares el barril, pero aunque llegara y aunque lloviesen petrodólares y mucho dinero, igual sería como un alivio momentáneo, pero igual nos seguiríamos hundiendo un poco más allá en un pantano ético y moral… Ahora carcomió instituciones, carcomió el modelo económico y la crisis se hizo económica y comenzamos a oír en Venezuela a hablar de devaluación, de inflación, términos que habían quedado durante muchos años al recinto de los estudiosos de la economía. Pero tampoco se reguló esa crisis, ni la moral ni la económica y la acumulación de estas dos crisis originó una tercera espantosa, espantosa porque es visible, porque las otras, la moral y la económica, son así como los volcanes que por debajo van madurando hasta que explotan y revientan y se hacen visibles y arrasan pueblos, vidas y ciudades…”.
¡Cómo retumban hoy en día estas frases, sumergidos en la más monumental crisis a la que nos llevó precisamente ese salvador de la patria!
No se equivocó Salas Römer cuando previó con acertado tino que el elegido en esas elecciones cambiaría radicalmente nuestras vidas en los venideros 15 años; lamentablemente para este país la preferencia de ese momento fue de la venganza, de buscar, sin importar quién fuese, el que nos satisficiera nuestros más elementales instintos de vernos cumplidos en el cobro del desquite. Comenzamos a partir de ese instante el tránsito, hasta ahora indetenible, hacia un terreno plagado de polarización, enfrentamiento y exclusión que nos ha hecho retroceder económica y moralmente como colectivo, porque que nadie se equivoque, nuestra crisis es profundamente moral, nuestros valores han llegado a términos peligrosamente bajos, la vida hoy en día en Venezuela tiene un nivel de menos cero; este régimen ha logrado sacarnos lo peor de cada uno de nosotros, por más que ahora intenten mostrarnos un país de soñadores estamos entrampados en una maraña de actitudes y posiciones radicales, mientras se nos cae a pedazos la que otrora era vista hasta con envidia como muestra de un territorio ejemplo de democracia y desarrollo.
Hablan de nuevo los sonidos del mar. Frente a la muerte de quien más o menos lograba amalgamar y controlar las pasiones, frustraciones y esperanzas del colectivo en los últimos años, nos ha devenido una suerte de personajes de una mala opereta que no tienen ni la más remota idea de qué hacer para salir de este pantano adonde ellos mismos nos llevaron; por el contrario, responden con más abuso, más terror y más amenazas, sin darse cuenta de cuán profundo siguen cavando su destino. Toca construir alternativas que puedan dar respuestas reales y sinceras de lo que viene, la mesa está servida. ¿Quiénes se atreven?

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