sábado, 2 de enero de 2010

Hay que Cambiar.

Hay que cambiar.

Nada fácil ha sido este año a punto de terminar, como normalmente sucede algunos se ocupan de hacer sus planes para el que viene, otros simplemente se dedican ha disfrutar el resto de lo que queda y otros mas arriesgados a pronosticar lo que vendrá; al final cada uno a su manera, dentro de su interior tratara de entender que le paso para bien o para mal en el periodo que termina y buscara la respuesta que mejor le haga quedar tranquilo consigo mismo primero, y con su entorno después, al final todos, lo manifiesten o no, harán un balance en la forma y manera que decidan, de cómo les fue y lo que esperan que les vendrá, a lo ultimo todas estas verdades y opiniones personales serán eso, pensamientos individuales de nuestras aspiraciones, temores y expectativas del futuro, particularmente nunca he tenido esas ínfulas o manías de vivir de pronosticar cuanta cosa a uno se le pueda ocurrir y mas bien busco siempre revisar lo que ya pise, para tratar de ver los aciertos y errores cometidos y así poder intentar corregir lo que sea necesario y mejorar lo bueno que se hizo, tarea tampoco sencilla cuando todos simplemente esperan que les digan lo que va a pasar y ya.
A punto de terminar el 2009 la estela de deudas, deudas y más deudas sociales, humanas y económicas que no parecen tener fin, hablar de los pronósticos del año por venir nos remite irremediablemente a lo que cada uno de los compatriotas vive en el día a día, de la inmensa impotencia cuando nos toca tener a un amigo o familiar asesinado en manos de un hampa dueña y señora de nuestras calles, de unos gordos banqueros socialistas que se llevaron los ahorros de siglos de sueños y trabajo de gente común y corriente que creyó en lo que le dijeron los imperturbables regentes del régimen de que su patrimonio estaba a buen resguardo y a puertas abiertas, del castigo, el exilio y la cárcel a quien pensando diferente se le niega cualquier posibilidad de tener una justicia cierta y oportuna, para ni siquiera tocar la carga de millones que reciben la benevolencia de los servicios básicos cuando alguien piadoso se acuerda y les envía esa ráfaga instantánea de unos momentos de tranquilidad.
Guarico, cuenca de tiznao, Blas Pérez productor agropecuario dijo: “Pedimos un poquito de respeto a nuestro trabajo, nosotros somos hombres del campo, nosotros no somos politiqueros; somos hombres de trabajo y de generación de trabajo y vamos a morir como hombres de trabajo”, y en Tovar en el 2005 después de la tragedia del valle del Mocotíes, que dejó cientos de muertos, heridos y damnificados y muchas viviendas quedaron destruidas por la acción del lodo, la acción del gobierno se remitió a anuncios y ofertas que jamás se cumplieron y hoy vemos esos resultados en cada una de las calles, que decir de barrio adentro que venía a cumplir funciones de atención primaria, supuestamente con más cercanía a la población en los barrios y hoy está en franco deterioro, con la infraestructura deteriorada, sin insumos, ni equipos ni personal médico, ya que muchos de los cubanos se dieron a la fuga, mientras que los médicos venezolanos migraron a otros países.
Realidades de fin de año que nos deben impulsar al cambio de verdad por un país prospero, legítimo y democrático. Feliz año.
Publicado en el diario Notitarde la Costa el 31/12/09.

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