martes, 6 de octubre de 2009

Salud y II

Muchas veces los números macros y las estadísticas nacionales dejan por fuera el drama que día a día viven quienes trabajan con fe y amor en los diferentes hospitales, ambulatorios o módulos de barrio adentro en nuestro país, y es que es la dedicación de estos compatriotas la verdadera razón que en nuestros centros de salud se siga prestando asistencia médica a pesar de las inmensas carencias materiales, logísticas y de seguridad con las que se trabaja.
Lo que se vivió el sábado en el hospital de Morón, cuándo a las tres de la madrugada llego un grupo de personas arrasando con todo, amenazando y golpeando a cualquiera que se le atravesase en su camino, arrinconando a los pacientes que estaban hospitalizados es lamentablemente un nuevo episodio de esta impunidad con la que actúen estos grupos anárquicos, reales amos y señores de todos los espacios públicos y privados de Venezuela, no existen palabras que logren describir con certeza lo que sufren las víctimas de estos continuos ataques sin que se den respuestas definitivas por parte de los organismos llamados a garantizar la vida y los bienes de nuestras instalaciones de salud, desgraciadamente para el régimen es más importante detener, luego de gigantescos operativos con las fuerzas de seguridad policiales y militares, a quienes por pensar diferente a ellos luchan por sus ideales de manera pacífica y legal.
Lo de Morón no es diferente a lo que sucede a diario en el hospital clínico de Caracas o lo acontecido en la CHET, abandonada a su suerte sin recursos ni proyectos desde que paso a manos del poder central, y es que parece ser una regla gobierno nacional de un empeño por acabar de manera sistemática e irracional con cualquiera cuyo único pecado sea no comulgar con esta pelea fratricida entre hermanos y tan solo dedicarse a gobernar para beneficio de la inmensa mayoría del pueblo, quien sufre directamente la falta de una adecuada atención a sus problemas de salud, no parece que el interés es resolver primero las carencias de países como Irán o Bolivia en perjuicio de nuestra propia gente. Por eso cuando hace apenas una semana el Presidente decreta la emergencia en salud no podemos sino sentirnos burlados y engañados por quien desde hace mucho tiempo viene pregonando que Venezuela contaba con el mejor sistema Hospitalario del mundo y que pronto le enseñaríamos a todos como lo logramos, no vale, en serio el cinismo no puede llegar a tanto, se acabo con lo bueno, poco o mucho, del sistema tradicional de salud y en su lugar se instauro retazos de un programa que jamás alcanzo a cubrir las necesidades mínimas de la población.
Son las comunidades organizadas las que deben marcar la pauta en la obligación que tiene los diferentes órganos de gobierno para trabajar en conjunto por el bienestar colectivo, no es tirando piedras al vecino como podemos avanzar hacia soluciones duraderas y efectivas en materia de salud, ojala y la máxima autoridad de Morón no agarre el ejemplo de Lacova de vivir insultando y excluyendo, y se dedique a trabajar por quienes lo eligieron para eso. Los enfermos y los muertos no tienen color político, por encima esta el beneficio colectivo.

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