jueves, 10 de diciembre de 2015

#Venezuela Ecos del 6D.

Claro que el 6D se inició formalmente el cambio en Venezuela y digo que de manera formal, porque desde hace tiempo viene de forma subterránea un movimiento telúrico socavando y generando nuevas realidades sociales y políticas en nuestro país, incluso a partir de los resultados de las presidenciales del 2013 ya se daban las primeras muestras de cómo se deslizaba la mayoría hacia opciones diferentes a este modelo de socialismo endógeno, agotado y con innegables muestras de fracaso, que ni siquiera podía cumplir con solucionar necesidades básicas de una población cercada por la inflación, la criminalidad y unos servicios de agua y luz totalmente colapsados.
Pero los primeros ecos de este inédito proceso electoral parecen confirmar nuestros peores temores, las fuerzas del oficialismo, si bien han reconocido los resultados, siguen dando fuertes señales de no haber comprendido lo que en realidad paso, recurren a los mismos y desgastados temas para explicar el monumental descalabro que les dio, de manera masiva, la gigantesca mayoría de los venezolanos y vuelven con sus ataques de soberbia y prepotencia que los han llevado a donde están, dan la sensación de no haber aprendido absolutamente nada de esta brutal derrota, porque no se trató de unos resultados buenos aquí o malos allá, tampoco de tal municipio o aquel Estado, este fue un fenómeno estrictamente nacional y su lectura debe ser global, viéndolo con perspectiva histórica.
El país ha llegado a límites de una catástrofe económica, tenemos la inflación más alta del mundo, niveles de escasez que rozan la falta casi total por meses de productos necesarios para nuestro normal desenvolvimiento, una criminalidad que este año superada las muertes ocurridas el año pasado, Venezuela toda se ha convertido en una zona donde la ruina es el signo de los tiempos, donde soñar con un futuro de oportunidades, queda irremediablemente opacado frente a un presente lleno de incertidumbre, aprehensiones y desasosiego, ya el común no piensa ni siquiera en la posibilidad de un carrito, mucho menos una casa, a menos que sea por una gran suerte y le toque uno de los regalos del régimen para intentar continuar con su compra de conciencias y clientelismo político.
Ahora la alternativa democrática es una fuerza legitimada por casi 8 millones de venezolanos que les otorgaron la asamblea nacional de la nación, tiene un poder, pero también un reto enorme, estrictamente apegada a la constitución, se debe ser transparente y coherente en cada una de las propuestas por venir, fundamentalmente el de integrar un proyecto orgánico que convenza a ese elector de hoy y lo convierta en una activo ganado a participar en un país con una óptica totalmente distinta a la que estamos viviendo.
El futuro empezamos a jugárnoslo desde hoy y siento que si bien no es tan cierto eso de que los pueblos nunca se equivocan, no deja de ser lapidario que en muchísimas ocasiones los equivocados, son quienes no saben interpretar adecuadamente la realidad de los acontecimientos, este 6D claramente el pueblo hablo, dio un dictamen mucho más allá del tema electoral y coloco sobre la mesa su manifestación inequívoca de un cambio en la conducción del país, de su rechazo a un anacrónico modelo que solo ha traído miseria y desconcierto, pero también de que a nadie le ha firmado un cheque en blanco y de que apuesta por unos actores políticos similares a ella: pluralista, variopinta, multicultural y socialmente excluyente.
El cambio de ruta continua su trayecto, las definiciones y actuaciones de los diferentes actores marcaran que tan rápido, que tan lento o que tan riesgoso puedan ser los días por venir, mientras tanto debemos estar vigilantes de todo lo que suceda y prepararnos para inmensos retos ya.

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