jueves, 15 de diciembre de 2011

Mis articulos en Notitarde.

Dos caras, una moneda.
Los conocedores del arte de la política han manifestado insistentemente que es un error mencionar de manera directa la responsabilidad que tiene el Presidente en el fracaso de muchas de las obras y proyectos del gobierno, como por ejemplo el déficit de viviendas, la creciente y dantesca inseguridad o la crisis de eléctrica, aducen los gurúes que todavía existe una gran cantidad de compatriotas que eximen al líder máximo de cualquier compromiso con la larga lista de promesas incumplidas y que en el peor de los casos sus ministros, gobernadores o alcaldes afectos lo engañan o no hacen su trabajo como debe ser. A riesgo de nadar contra la corriente y como típico hablador de pendejadas, me arriesgare a señalar como un hecho sin vuelta atrás que no es posible que luego de trece años al frente de los destinos del país, de controlar todos, repito todos y cada uno de los poderes públicos, de haber manejado el caudal de real más grande de nuestra historia, de cambiar cada vez que le plazca funcionarios de aquí para allá, de haber inventado docenas de planes absurdos y venáticos donde se gastaron miles y miles de millones de bolívares, de disponer de los recursos del Estado como si fuera una especie de caja chica personal, de firmar acuerdos internacionales que nadie sabe a ciencia cierta lo que dicen y de regalar a manos llenas nuestros recursos para comprar conciencias extranjeras es inadecuado señalarlo como responsable mayor de todos estos desaguisados, no jile, a otro perro con ese hueso.
Es común ver como se le desgrana el pecho hablando de los logros sociales, económicos o de paz ciudadana, sin embargo, la realidad, esa que a muchos disgusta y prefieren voltear hacia otro lado para no verla golpea certeramente donde duele, el presupuesto nacional del próximo año es una muestra tangible, confirmable e irrefutable del doble discurso presidencial, mientras se aumenta en más del 82% el gasto destinado a equipos y armamento para la defensa nacional, al pasar de 7.417 millones este año a la bicoca de 17.106 millones en el 2012, la seguridad interna y el orden publico apenas alcanza 3.062 millones, es decir, destinamos 5,5 veces más a comprar tanques, aviones o helicópteros de guerra que a procurar tener unas policías suficientemente equipadas para enfrentar al hampa que nos asesina día tras día con total impunidad, es como si se tratara de un nación que estuviese inmersa en una confrontación armada y fuese necesario que lo proyectado de gastos ordinarios de este despacho represente 114 veces el presupuesto del Ministerio para los pueblos indígenas; 54 el de la Mujer y la igualdad de género; 32 el de deporte; 18 el de cultura; 134 el de turismo. Asimismo, multiplica por 14 la partida del servicio penitenciario; por 12 la del Ministerio Público y por 147 el de la Defensoría del Pueblo.
Algunos califican este presupuesto de deficitario, discrecional y opaco, yo agregaría: fraudulento y castrador de las regiones al estimar el precio del barril de petróleo muy por debajo de las más conservadoras estimaciones, además de inventarse conceptos sobre lo que son los ingresos ordinarios y así dar un nuevo zarpazo a los Estados en el plan de acabar de una vez por todas con el proceso de descentralización y así erigir el poder de uno solo por encima de todo.

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