sábado, 30 de octubre de 2010

Venezuela Hoy.

Mérida.

Ya paso lo noticioso de este caso, como muchos otros se irá quedando en el olvido hasta que un nuevo escándalo o situación anormal nos haga volver a recordarlo, hemos pasado los venezolanos quizás demasiado tiempo navegando en aguas relativamente tranquilas, sin guerras ni catástrofes arrasadoras nos acostumbramos a vivir de manera conformista, sin percatarnos en profundidad del grave camino que transitamos como país desde hace unos cuantos años, y es que nuestra realidad de hoy la fuimos forjando poco a poco, empezamos a perder el contrato social establecido en principio de los sesenta, desvirtuando el compromiso de democracia y desarrollo, corrompiéndonos como un todo, donde el botín lo calibraba el puesto que tuviésemos, muchos fueron marginados y olvidados por el Estado, otros se convirtieron en anti parabólicos y algunos nos transformamos en cómplices de oficio, aplaudimos embobados como un nuevo mesías venia a salvarnos y pocos se dieron cuenta que empezamos la ruta de la metástasis total, de cuerpo y alma, que cada día nos lleva a un final que nadie ve, pocos les importa, a otros les sabe a ñoña, pero que nos afectara a todos, será también el principio de algo que no sabemos que será, sin embargo y si pretender ser adivinador ni nada parecido me permito hacer tres observaciones para la discusión:
Vamos directamente hacia una especie de guerra interna, donde un Estado debilitado institucionalmente incentiva una profunda división entre ricos y pobres que se tradujo en una inmensa tolerancia hacia la delincuencia y a un marcado fomento a la corrupción, a la bajeza moral, a la cultura de antivalores y a la polarización política y social entre los compatriotas, quienes se erigieron como los defensores de los desposeídos se han convertido en sus peores enemigos y han arrastrado a mas de 120 mil venezolanos a la muerte en una crisis de seguridad que jamás habíamos vivido en esta tierra de gracia.
Segundo, aquí no vamos hacia ningún comunismo, ya basta de seguir cayéndole a coba a la gente con esta utopía fantasmagórica, que jamás ha existido en la humanidad, y que tan solo sirvió para esconder regímenes de terror, donde una casta de corruptos funcionarios detentaban el poder a su real gana en nombre de ese eufemismo llamado pueblo, la realidad del país nos enfrenta a un proceso que dice ser baluarte de la verdadera democracia y no pasa de ser un nuevo ensayo de políticos groseramente obsesionados con el poder, dispuesto a todo por lograr sus objetivos, un vulgar Capitalismo de Estado de lo más rancio, que procura tener el control total de todas y cada una de las instituciones y de la vida misma de los que aquí estamos, para finalmente someternos como borregos en un corral, mientras aúpa al capital financiero y petrolero transnacional, ese es el escenario, no les busquemos cinco patas al gato.
Finalmente, es necesario construir un verdadero liderazgo social y político basado en la honestidad y la moral como norte, debemos ir deslastrándonos de estos carcamanes políticos, viejos algunos y jóvenes otros, que hacen de la política un circo para ellos, cambiándose de disfraz, siempre estar en el escenario de las componendas y los guisos en perjuicio de la gente. Necesitamos hombres y mujeres de guáramo, que respondan a los más altos intereses del país y que vayan forjando el camino hacia el bienestar colectivo, el capitalismo solidario y la democracia en ejercicio real.

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