viernes, 3 de septiembre de 2010

La Ley del Oeste

¿Vendemos el Avestruz?

He tocado en varios artículos el tema de la inseguridad en nuestro país y de verdad jamás he sentido ningún “placer pornográfico”, ni nada que se le parezca, a una realidad que hora tras hora nos abofetea el rostro y nos hace pensar seriamente, y con mucha desesperación, en el camino que hemos seguido en los últimos años donde la cautela inicial de protegernos y tomar previsiones naturales, ha sido paulatinamente sustituida por un terror colectivo que nos encierra desde muy temprano en nuestras casas, como reos obligados por un Estado que definitivamente hace rato que se olvido de poner en su agenda el derecho fundamental a la vida que tenemos todos los que habitamos esta tierra de gracia.
Hemos perdido, además de nuestro legitimo derecho de movilizarnos libremente y sin miedo por nuestra querida Venezuela, la capacidad de asombro frente a tantos actos monstruosos de una delincuencia completamente desatada, envalentonada y con una impunidad que muy lejos de resolverse impidiendo que los medios de comunicación informen a la ciudadanía lo que realmente sucede en el día a día, nos exponen a quedar mucho mas desguarnecidos al ni siquiera saber lo que este pasando en su oportunidad, y es que, ya hace rato vendimos el closet y la situación siguió de mal en peor, no existe rincón en el país que no haya sido tocado por este largo brazo de hampones de todo tipo y calaña que no consiguen freno a sus fechorías.
Las respuestas de los órganos oficiales y sus representantes deben llenarnos de preocupación, vemos con tristeza que parece ser que nadie dentro del gobierno se ha dado cuenta que no es amenazando con cárcel a quienes informan de los sucesos o colocando especies de turbas frente a periodistas y reporteros que llegaremos a algún tipo de solución, mucho menos diciendo que es el imperialismo, que junto a la oligarquía nacional, han armado un plan desestabilizador contra el régimen actual, de verdad, ¡aterricen por favor!, el hampa no distingue hoy a nadie, ataca, secuestra y asesina a quienquiera este en su camino, tenga dos bolívares o mil, se mete en los barrios, en las urbanización, por dios, hasta en instituciones policiales o militares, les importa un pito si la persona adora al presidente o lo odia, son delincuentes simple y llanamente cuyo ultimo y real fin es obtener como sea lo que se les antoje.
La alarma no proviene de artículos como este, tampoco de planes extranjeros inventados por incapaces y cínicos, proviene de haberse olvidado de gobernar con sentido de humanidad, de dedicarse a construir los dos millones de viviendas que reclaman los compatriotas para poder tener un techo que los acoja, de darles verdaderos planes de empleos en empresas que les garanticen estabilidad y buenos ingresos a todos los jóvenes que se levantan diariamente a buscar trabajo, es actuar con honestidad y cumplir con las promesas hechas durante estos 12 años, y no seguir enfrascados en peleas y batallas imaginarias de una Venezuela del Siglo pasado.
Vamos peligrosamente avanzando en la destrucción de todas las fibras morales que teníamos, hemos privilegiado lo fácil frente al trabajo duro, nada esto son buenos augurios, debemos juntarnos y entender que solo unidos podremos ganarle a la delincuencia.
Publicado en Notitarde La Costa el jueves 26/08/2010.

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