Unidad en Carabobo ( 2 )

Pensando en voz alta.
Esclavo de lo que dice y dueño de lo que calla, siempre me lo recordaba mi apreciado, ya desparecido, camarada Héctor Mujica, en aquella quijotesca campaña presidencial del 78, y es que la efervescencia de la juventud nos impulsaba a querer cambiar el mundo y a luchar de manera franca y muchas veces ingenua frente a las terribles realidades y los escabrosos pactos de lo que se llama la política real, no entendíamos entonces como siempre se anteponían intereses bastardos y subalternos por encima de lo verdaderamente colectivo y trascendental, decíamos lo que pensábamos sin medir en lo mas mínimo las consecuencias que eso podría tener, amábamos la vida pero primero estaban nuestros sueños por un país libre, donde se practicara un democracia sin tapujos y todos tuviéramos igualdad de oportunidades para avanzar y convertirnos en mejores personas, jóvenes e irreverentes así éramos, y aunque el tiempo pronto nos enseño que ese espejismo socialista no era más que un régimen de terror y muerte, nuestros sueños nunca murieron y hoy más que nunca palpitan como esa fuerza vital que nos lleva a seguir en la pelea para salir de esta pesadilla que solo va dejando a su paso destrucción y desolación.
Tener la posibilidad de intentar cambiar el rumbo que hemos tomado como sociedad es más que una expectativa, es una responsabilidad con nosotros y con todos los décimos apreciar y querer, no es un juego de palabras ni una competición para un reinado de belleza, es un compromiso con los valores que hemos defendido a través de la vida y si eso lleva a tener que pararnos y mantener de pie y con firmeza nuestros principios que así sea, aquí no hay ni un solo signo de prepotencia ni petulancia pero cada quien debe asumir los efectos de sus actos, no se puede seguir con cartas marcadas y pretender que se intenten imponer a lo macho a personas que no tiene ninguna ascendencia popular y tan solo andan pescando en rio revuelto, ya basta de seguir en nombre del pueblo manoseándolo y utilizándolo para oscuros intereses, en los Estados en que ya prácticamente se han llegado a acuerdos, estos se dieron sobre la base del respeto y reconocimiento de la principal fuerza política de la zona y junto a verdadera sociedad civil se avanza en el camino unitario, vamos a una confrontación electoral y esta se gana con votos logrados por convencer a la mayoría de que somos la real alternativa.
Deben dejar algunos de querer imponer por las vías de la agresión y la descalificación lo que en las elecciones anteriores el pueblo le ha negado, existe en Carabobo una organización política que obtuvo casi 7 votos de cada diez de la alternativa democrática, son ellos quienes deben encabezar por propias calificaciones, sin embargo eso no significa que tienen que quedarse con todo, eso no está planteado, pero tampoco los demás pueden buscar arrinconarlos para ponerlos entre la espada y la pared, debemos pasar la página de lo acontecido el pasado domingo, tratar de llevar calma y cordura es lo más sabio, seguir atizando la candela solo beneficia a nuestros adversarios que disfrutan a más no poder de lo que acontece.
La sinceridad de nuestros actos es una exigencia urgente y presentarles a los Carabobeños una propuesta fuerte y honesta que logre abarcar a los mayores sectores de la sociedad, es en definitiva el norte de nuestras trabajo, avancemos y consolidemos la victoria de todos.

Publicado en el diario Notitarde la Costa el jueves 11/03/2010.