Al principio todo era coser y cantar, de vez en cuando recordaban que podían freír una que otra cabeza, pero en general contaban con el baño mayoritario del pueblo, poco a poco fueron tomando el control del país, literalmente, y entonces descubrieron que había que gobernar, que los problemas de Venezuela no se solucionaban con discursos, ni constituyente, tampoco con motores revolucionarios que no tenían ni fuerza, ni sentido, mucho menos con un engañoso hombre nuevo cargado de resentimiento, odio y división.
Y así fue, se dedicó el régimen en estos 16 y medio a destruir, a arrasar con todo lo que consideraban el sistema podrido del capitalismo, acabo con el campo, destruyo a la industria, cerco a la iniciativa privada, dilapido recursos jamás vistos en toda nuestra historia, manejo a sus anchas todos y cada uno de los ámbitos de poder, no dejaron un solo hueso sano, donde ponían el ojo lo destruían, cumplieron su amenaza, no dejaron piedra sobre piedra.
Ahora resulta que ciertamente reconocen la grave situación, pero esta nada tiene que ver con su propia actuación, los culpables son cada día más inverosímiles, más increíbles, la capacidad del gobierno para mentir y manipular parece no tener límites, el laboratorio de inventos del oficialismo es sin lugar a dudas sorprendente, sin pudor y frente a millones falsean la verdad, poco les importa que no tenga ningún sentido lo que hablan, tampoco que jamás presenten pruebas de lo que acusan, se plantan con su cara muy lavada y se desparraman en un monologo rojo con una desfachatez impresionante, se han convertido en maestros del manoseo colectivo.
Más de 200 mil millones de dólares entre el 2006 y el 2014, de acuerdo a Héctor Navarro, desaparecieron de las arcas nacionales, ¿Ustedes se imaginan el nivel de corrupción?, las reservas internacionales en Venezuela están actualmente por el orden de los 20 mil millones de dólares y 20, 50 o 100 ladrones se llevaron más de 10 veces esa cifra, aquí está el meollo de esta revolución, destruyeron todo a su paso, se han robaron todo lo que han podido y para rematar la faena, nada de lo que se prometió que se iba a construir se concluyó, Pdvsa está en el suelo, las empresas básicas se acabaron, colapsaron el sistema eléctrico y el ferrocarril revolucionario se asemeja cada día más a un tranvía del pasado.
El espejismo se terminó, no solamente la masa no está para bollos, es que no hay harina para hacer la masa y quienes pueden hacer los bollos, andan tratando de sobrevivir buscándola, su incapacidad, indolencia y corrupción se les vino encima y lo único que se les ocurre hacer es seguir intentando timar aún más a los venezolanos, no existen ni planes ni programas para atacar el daño desde sus raíces, por eso ofrecen traer 10 mil taxis en lo que queda de año, atiborrar por unos tres meses de productos importados los anaqueles y colocarle unos nuevos ceros al bolívar, claro, esto último después de las elecciones, contando el régimen con que las decenas de trampas e ilegalidades, junto con los abstencionistas, los anti parabólicos, los anti políticos y los quinta columnas les terminen de hacer el juego y les mantenga en el poder, total después del 6 de diciembre viene el 7.
Que nadie se dé entonces por sorprendido, lo que está a la vista no necesita anteojos, la realidad de un régimen corrupto y despótico ya es demasiado visible, no hay excusas para no actuar, el espejo de la cotidianidad refleja la verdadera cara del gobierno y solo el cambio democrático y constitucional puede empezar a transitar un camino diferente, nada va a ser fácil, el daño está en nuestras entrañas y por eso se hace imprescindible luchar y votar, la quimera revolucionaria no solamente fracaso de manera estrepitosa, también termino.
