miércoles, 30 de noviembre de 2016

La Copa Davis en #PuertoCabello

Lacoba estaba extasiado: ¡Una final de la Copa Davis en su Puerto Cabello Te Quiero!, era la culminación de sus sueños, que logro, que exitazo, de aquí para la Presidencia, nada lo detendrá, ¿o sí?, pues si, la realidad, esa terca vaina que estos aburguesados socialistas se empeñan en olvidar, es que el que siembra tempestades no puede esperar verdes y tranquilos campos como cosecha. Fue este sábado, ciertamente llovió en nuestra ciudad más de 7 horas continuas, tiempo más que suficiente para que las autoridades, de todo rango y alcance, se activaran, pero que va, brillaban por su ausencia, es que la indiferencia de quienes forman parte de este régimen, en cualquiera de sus niveles, solo se les compara con el cinismo con el que actúan, uno que otro saludo a la bandera, pero acciones adecuadas para los eventos, en lo absoluto.
Las imágenes y las notas periodísticas hablan por sí solas, frente a puerta 7, o lo que es lo mismo, Bolipuertos, el domingo lo que había era barro y agua de más de un metro de altura, el centro de la ciudad y el casco histórico sufrían iguales consecuencias, diferentes sectores corrían pareja suerte, la ciudad de “la gestión sin límite” desnudaba la verdadera realidad de un gobierno lleno de puro papelillo y serpentinas, que se dedicó, durante más de 7 años, a llenar las vidrieras de los medios de comunicación, con escenarios de cartón y luces de neón, falsedad total. Es tan así que el lunes la cosa no había cambiado mucho, ya sin lluvia desde más de 36 horas, la ciudad sede del principal puerto de Venezuela, bendecida con más de 16 kilómetros de bellas y abandonadas playas, seguía sumida en el caos y el desorden de charco y basura, la gente pedía a gritos que se les sacara el agua, que había entrado y permanecido en sus casas desde el sábado y todavía seguía allí, ¿ustedes se imaginan esto?, una lluvia fuerte, si como no, pero que ceso y que luego de dos días, las calles continúan anegadas y colapsadas de agua. Dios nos libre de un embate más fuerte de la naturaleza.
Puerto Cabello es lamentablemente una muestra del grado de destrucción, al que nos ha llevado este nefasto proceso, hoy convertido en una vulgar y peligrosa dictadura de nuevo cuño, cada día que pasen en el poder, profundizan aún más nuestras desgracias, han arruinado todas y cada una de las estructuras de este país, corrompido escandalosamente todo lo que han tocado y desintegrado lo mucho o poco que habíamos avanzado como ciudadanos, se han convertido en la peor plaga que hubiese asolado estas tierras del sur de América.
Lacoba, una vez aventajado pupilo del invisible de Carabobo, ha sido muy bueno vendiendo ilusiones, gano dos elecciones seguidas, al principio paso la escoba, puso unos semáforos y pinto unas aceras, en una ciudad abandonada, hizo unas canchas, dejo un monstruo rojo en pleno centro, compro algunas lealtades y luego dejo el pelero, solo él sabe si es verdad o mentira la causa de su renuncia, lo cierto, lo palpable es el desastre de obra que dejado atrás, esa realidad que sale luego de que se apaguen las luces del espectáculo, porque eso fue ciertamente su gestión, un circo al que se le acabaron los trucos, porque se le acabaron los reales.

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