jueves, 20 de agosto de 2015

#Venezuela : Dos países.

Este es definitivamente un régimen de campeonato, y sus funcionarios de cualquier tamaño o posición sin lugar a dudas, se han convertido por muchísima distancia en verdaderos ases del mismo, incluso han llegado a tal nivel de especialización que no parecen tener sustitutos en el tiempo, muy por el contrario, la profunda huella que han dejado en cada sector de nuestra sociedad, nos acompañara por unos cuantos años más, es que el daño ha sido apoteósico.
Una de sus principales banderas ha sido la mentira de la inclusión y se han convertido en campeones de la exclusión, prometieron arrancar de raíz a la corrupción y hoy estamos infectados hasta los tuétanos del ladronismo oficial, en lugar de tener una casa bien equipada tenemos a los bolsillos de pocos bastante equipados con buenos billetes, son los vencedores de la patria, pero no la de la calle, no que va, la verde, la de la bendita moneda que tanto critican, pero que tanto les gusta y de la que tanto dependemos, fruto de su enorme actuación para derrotar a todos las factores productivos que teníamos en el país y sustituirlos con mercaderes de puertos, habilidosos ases que han hecho fortuna entre conteiner y conteiner, son como piratas del caribe, aunque de gustos y vestimenta mucho más refinados, les encanta viajar por tierras capitalistas, degustar exquisitos manjares y darse el lujo de volar en exclusivos aviones privados, socialismo para los bolsas diría yo.
Mientras estos campeones de la revolución se regodean y gozan a sus anchas, existe otro país que intenta por todos los medios posibles sobrevivir al desastre, a la realidad, a los golpes reales, a la angustia de tener que hacer docenas de horas en una cola, intentar comprar lo que estén vendiendo, arroz, pollo, leche, lo que sea, ver si les alcanza las cuatro lochas que se ganan, en un bolívar súper devaluado y rezar para que no venga algún campeón del hampa a arrebatarle lo que tanto costo conseguir, un día normal para la gran mayoría de los venezolanos, esa a la que le ofrecieron castillos de inclusión y que han terminado de entregarle ranchos de pelazón y hambre continuada.
Porque ciertamente hay un quiebre en el país, pero no el que constantemente prolifera por los medios de comunicación oficiales, tampoco el que ponen a circular las miles de focas que tiene el gobierno, para intentar seguir mintiendo y manipulando en las redes sociales, el rompimiento se dio, ya la gente en la calle conoce perfectamente quienes son los verdaderos responsables de este monumental fracaso, nada tiene que ver nuestros vecinos del norte en este peo, los campeones de la ruina están aquí, nos han gobernado por más de 16 años, han tenido los ingresos más grandes en nuestra historia, la antigua, la vieja y la nueva, no existe comparación alguna con la destrucción que se ha hecho a nuestro modo de vivir, nos devolvieron de un solo tiro a los siglos pasados, a pasar horas y horas sin luz, a tener que bañarnos con tobitos y que el agua no llegue por tubería, son como las langostas, acabaron con todo.
Vivimos la época del Jet Set rojo, de la ostentación y el poder sin pudor, de las cientos de fortunas mal habidas, tratadas con conocimiento de causa desde las propias trincheras del chavismo, voces que han mostrado al otro país la podredumbre del poder, de quienes no hacen cola ni nada parecido para comprar, hacen mercado en las islas del caribe, con bastante variedad y suficiente billetes verdes para darse sus lujos, son los hijos predilectos de esta revolución, los que entendieron que la necesidad y la pobreza son para los pendejos, que se creyeron el cuento de la igualdad.
Dos países claramente definidos, el poder de quienes mandan hoy y los demás, pocos brutalmente ricos y muchos literalmente pobres.

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