sábado, 11 de julio de 2015

Entre lentejas y teleféricos.

A 900 bolívares llego el kilo, el saco paso de costar 4500 a 26000, yo no soy economista, pero igual que ustedes se sumar y restar, solo hacen falta los ojos bien abiertos, para poder ver todo lo que nos está pasando, ni siquiera se necesitan lentes, es demasiado obvio el nivel que la crisis ha alcanzado.
Al mismo tiempo nuestros hermanos en Guasdalito la están pasando realmente mal, más de 45 mil personas están afectadas dramáticamente por las inundaciones, algunos dicen que se pudo evitar esta situación, si se hubiesen realizado las obras que desde hace mucho tiempo exige la colectividad, sin embargo, lo que ciertamente indigna es ver cuáles son las prioridades del gobierno, las elecciones de su partido están en primer término, después lo demás.
Y si miramos hacia nuestra industria petrolera, Amuay desnuda finalmente el indetenible deterioro que ha sufrido Venezuela a manos de los actuales gobernantes, dese una vuelta por la península de Paraguaná y vera en toda su magnitud de lo que le estoy hablando, la desidia y el abandono de la que junto con Cardón, forman el segundo mayor complejo de refinación del mundo, es lo que prevalece, en lugar de procesar el millón de barriles por día para lo que está capacitado, apenas llegan al 50% y solo en ocasiones, uno siente una profunda decepción al sentir como en apenas 16 años, la destrucción de nuestro país ha ido avanzando sin pausa.
Frente a todo esto lo único que seguimos viendo son más y más discursos, arengas desde la Asamblea Nacional para tratar de seguir engañándonos, discursos cargados de un falso y manipulador nacionalismo para intentar revertir lo inevitable, parece que abandonaron definitivamente el mandato de ejercer el gobierno y solo se dedican, a conservar el poder por medio de la mentira y la amenaza, no existe la acción oficial que trate de resolver los ingentes y graves problemas cotidianos por los que tenemos que pasar, cada uno de los burócratas rojos anda en su propia búsqueda de ver como se salva del desastre final.
En Puerto Cabello, principal puerto de este país, la realidad no es diferente, un alcalde dedicado a viajar por el viejo continente es lo que marca la pauta, mientras tanto la ciudad atraviesa una profunda crisis de suministro de agua que solo ha sido superado por llegaron las lluvias y volvieron a llenar los embalses, lo demás es pura publicidad, pretender que repartiendo tanques y dando vueltas por el pueblo con camionetas se solucionaba el problema, no es más que un nuevo intento por tomar por pendejos a los porteños, los que vivimos aquí, allá los que no, esperamos y exigimos tener agua como debe ser: por tubería, bastante dinero ha generado el puerto para que a estas alturas del juego, estemos todavía como en el siglo XIX, recogiendo el agua por tobitos y bañándonos con totuma, yo les garantizo que en Barcelona-España, solamente hay que abrir el chorro y listo, ¡ah mundo Barquisimeto!
Claro, ya sale la enorme maquinaria de manipulación y amedrentamiento que tiene el régimen en cada zona a hacer su trabajo, se denigra, se ofende, se insulta, pero no se da respuesta adecuada a la problemática, se sigue el juego de intentar aniquilar al enemigo moralmente, total todos los poderes están a su servicio y los usan sin pudor, yo quisiera saber dónde están los millones que según el mismo alcalde, le aprobaron para construir su teleférico, o las 5 mil casas que ofreció en las Salinas, o los ferry que iban a llegar al puerto turístico, por cierto hasta el techo de las instalaciones se lo robaron, es que todo lo que llegan a tener simplemente lo destruyen, lo acaban.
No podrán hacernos callar, seguiremos al lado de quienes hoy más que nunca luchamos por un cambio, la calle, hace ya rato que dice lo que pasara.

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