viernes, 13 de febrero de 2015

Blanco y Negro.

Nadie asume, parecemos una especie de goleta sin rumbo fijo, sin timonel, con una tripulación en ascuas, a merced de lo que vayan determinando los vientos, las tempestades o lo que nos aguarde más adelante.
Desde que arrancó el año salimos con mal pie, una alocada y apresurada gira llevó a quien ocupa la primera magistratura del país a un periplo con la intención de obtener respaldo financiero frente a la abrupta caída del precio del petróleo; sin embargo, a muchos les parecían más bien unas vacaciones familiares, sin agenda, sin nada firme y fruto de una impresionante irresponsabilidad; nos fueron cerrando las puertas una por una, peor, me imagino que si alguna duda tenían estos socios comerciales de cómo se maneja la economía nacional, éstas quedaron totalmente aclaradas.
Está el régimen preso de sus propias contradicciones, ante el innegable fracaso de un modelo anacrónico y obsoleto, muchos se desmarcan de las políticas actuales, desde los disidentes de Marea Socialista hasta el llamado monje; no han cesado en sus críticas, claro, echan el cuento a su conveniencia, nadie es tan pendejo como para ponerse la soga a su propio pescuezo, dice textualmente Giordani: “La verdad ya somos casi el hazmerreír de América Latina. Si la situación está mal, si el termómetro te dice 40, hay quienes dicen que el problema es que el termómetro no sirve. Si te da 40 es porque mide 40...”.
Pero fíjense en que inclusive fue mucho más allá, dijo claramente que en Venezuela no existe un solo centro de poder y que hay una “lucha entre múltiples centros de poder, no se toman decisiones, entonces afloró esa enfermedad y mira, estamos a las puertas del fascismo”; recordemos que quien dijo esto no es precisamente un segundón en este proceso de 16 años, de ahí la importancia de mirar con mucha cautela estas palabras.
Vivimos una etapa de marcada incertidumbre y de peligrosa inanición. Se anuncia que se van a hacer importantes anuncios, se encadena una y otra vez para anunciar que pronto se dirán los planes para rectificar el rumbo, se va de allá para acá y de acá para allá, y al final, la nada, citas grandilocuentes, desgarraduras de vestiduras frente a los imperialistas, gritos de nacionalismo, vuelven a expropiar, pero no se enfrenta la escasez, las colas, el desabastecimiento; en fin, no se asume la crisis, su responsabilidad y las salidas necesarias.
Por ejemplo, escribo estas notas a pocas horas de haber anunciado el gobierno el “nuevo sistema cambiario”, reiteradamente quedan en el ambiente más dudas que respuestas, no hay una política integral para afrontar la situación, los diferentes centros de poder que nos gobiernan no se ponen de acuerdo para asumir esto como un todo, asistimos a una larguísima ópera cuyo final hasta ahora nadie puede predecir.
Lo que ciertamente sí está ahí como aguas cristalinas es que no podemos continuar de esta manera, el rumbo de la nación debe ser retomado, nada es más peligroso que simplemente dejar que las distintas fuerzas sociales, políticas o económicas actúen por sus propios intereses, alguna sindéresis debe quedar en el gobierno central, cuando tú colocas una sociedad a debatirse entre el blanco o el negro y no le das opciones de matices o válvulas de escape, simplemente sucede lo inevitable; despeñarse a discutir cuándo llegará ese momento, aparte de fútil, nos distrae del asunto central, la crisis es real, no es inventada ni corresponde a ninguna guerra económica, este modelo fracasó, tan sencillo como eso.
Siempre he manifestado mi apego a las leyes y a la constitución, soy firmemente un demócrata convencido, por eso nunca estaré del lado de la fuerza, de los gorilas, pero no se debe seguir jugando con fuego; éste no se sabe ni cuándo se prende, ni cuándo se apaga. Amén.

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