domingo, 25 de enero de 2015

Esta se esta moviendo solo.

Los venezolanos estamos reventados, vivimos una especie de versión moderna de las 7 plagas de Egipto, ni siquiera haber llegado sano y salvo a nuestras casas, o adonde estamos hace años, nos da tranquilidad, el retumbar de las balas y el terror de ser asaltados nos han convertido en sonámbulos del miedo, en reos de los poquísimos espacios adonde aún podemos asistir, pero con gran aprensión y recelo.
La espeluznante crisis económica nos ha colocado a nivel de pedigüeños, de avísame para ver qué compro, de dame el dato a ver si acampo la semana frente a algunos de los poquísimos comercios escogidos por el régimen para redistribuir nuestra miseria; se han ido convenciendo, desde el poder, del impresionante grado de pendejos que en apariencia parecemos ser, han dejado solo las migajas de su gigantesca corrupción y juran que van a seguir con el mismo tema.
Un aplastante 80% considera que esto no solo es negativo, insoportable y catastrófico, quieren una resolución ahora de lo que estamos padeciendo, unos protestan en silencio, otros en la esquina, en el taxi, en la cama, varios ya lo hacen dando discursos en las busetas, rojas o destartaladas, eso sí, todos lo hacen por sentir en carne propia este desastre, no porque alguien se los contó o lo vieron por algún canal golpista, lo sufren absolutamente todos y cada uno de estos días, buscan respuestas, sentencian salidas.
Dantesca realidad de un país rico, de ingresos por petróleo que muchísimos pueblos jamás podrán tener y sin embargo, no se consigue Acetaminofén, no hay retrovirales, nuestros hospitales o CDI simplemente escurren el bulto, no existe capacidad práctica de respuesta, es la Venezuela oculta a las noticias diarias, nadie puede hablar, a nadie van a publicar, convencidos están de que escondiendo la verdad nada se sabrá, su prepotencia no los deja ver que es el pueblo llano y más vulnerable el más golpeado, apuestan a la combinación de una espantosa capacidad cínica para mentir, junto con el uso del poder sin moral y sin escrúpulos.
El dique se reventó, lo que pasa es que nuestra propia miopía no nos deja ver con claridad y frente a eso las señales del régimen apuntan directamente al partido militar, saben que esto se está desmoronando y buscan afanosamente alargar el drama, la calle por el contrario es enteramente civil, no tiene poder real y hace rato que el resto del mundo anda pendiente de sus propios problemas, pero a pesar de eso, se mueve, sigue avanzando y socavando aunque usted no lo vea, los procesos históricos de cambio nadie, nadie pudo preverlo nunca, están ahí, conviven hasta que estallan.
La crisis ha ido pulverizando todo a su paso, no solo estamos frente a una nación totalmente destruida institucionalmente, también todos y cada uno de nosotros han sido tocados por ese maremoto que ha implosionado nuestros principios y códigos, han sido 16 años de sembrar odios, de distribuir culpas a diestra y siniestra, de inculcar la envidia frente al trabajo honesto, de procurar la revancha social en lugar de procurar oportunidades y condiciones en igualdad, de haber logrado separarnos a una buena parte de los venezolanos, jugaron en definitiva a sacar lo peor de nosotros en nombre de un modelo y una retrógrada ideología fracasada, que solo ha conseguido expandir la miseria y generar una honda violencia generalizada.
Hasta ahora este río se mueve solo, rápido, no tiene dirección, recuerden que deseos no preñan, hace falta mucho más que buenas intenciones para poder lograr los cambios, pocas voces han tenido la valentía de levantarse y decir las cosas a los 4 puntos cardinales, pero solo con eso no se logra una opción que traspase lo meramente electoral, lo he dicho y lo repito una vez más, es la hora de Venezuela, así de radical.

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