viernes, 17 de octubre de 2014

Filuc y Las Agüitas.

Antes de continuar el recorrido que estoy realizando por todo Carabobo, decidí hacer un alto en la feria internacional de libro de mi Alma Mater, que refrescante fue observar como existe todavía una parte del país que busca senderos de luz y desarrollo, me encanto el mezclaje de edades, profesiones y oficios cobijados bajo el techo académico, buscando ávidamente continuar con su preparación intelectual y espiritual, pese a todos los problemas y crisis generalizada que padecemos, era como estar en un Oasis de respeto y conjunción de ideas.
Y fíjense como son las cosas, esta reunión de este año es la número 15, es decir nació al mismo tiempo que el régimen, pero que diferencias tan abismales hay entre los dos, es que el "Ciudadano Lector", como ellos mismos lo dicen, es un encuentro cívico-literario, en extremo alejado de la especie de cuartel de la anarquía, el abuso y la mortandad en la que han convertido a nuestro país, aquí está reflejado la parte de la nación, estudiantes, obreros, empleados, profesores; etc., que están resteados con surgir, con echar pa´lante pues.
Pero no se crean que la cuestión solo se remite a universitarios, conversando en las agüitas, Los Guayos, con vecinos, amas de casa, chamos y amigos de El Roble, Vuelvan Caras y otros pude sentir una gran decepción, que se juntaba con una sentida aprehensión por la dramática situación diaria que cada uno de ellos deben afrontar, sin embargo, a pesar del temor normal frente a un gobierno que en lugar de enfrentar con fuerza al hampa, la escasez o el desempleo, se dedica a perseguir a quien proteste, manifieste o haga sentir su inconformidad, la mayoría mostraba una impresionante manifestación de no dejarse arrasar con este presente, dispuestos a buscar formas de lucha, a no dejarse vencer por las duras circunstancias.
Claro, nada fácil es el tema, son 15 años de manipulación y miedo, sobre todo a los sectores más desfavorecidos, confirmándose lo que todos en el gobierno saben pero que solo pocos han cometido el desliz de decirlo públicamente: esta dizque revolución necesita de millones de pobres, de la ignorancia y de la primaria necesidad de vivir de las dadivas del régimen, para acallar a las masas, para torcerles el brazo, para manipular y seguir manteniendo el poder.
Pero tampoco la tienen papaya los enchufados rojos, los embustes cada día se los creen menos, el uh ah se ve avasallado por el "no hay", frente al que según tenemos patria, revientan las balas segadoras de vidas a diestra y siniestra, el circulo se les va cerrando y recurren a los que los gobiernos autocráticos solo conocen: control y más control social, mediante capta huellas para comprar o registros hasta para poder respirar aire con oxígeno en los aeropuertos.
La política del terror parece imponerse, en lugar de buscar soluciones y acuerdos se intensifica la conseja del no volverán, no se entiende para nada que la inmensa mayoría estamos en el mismo barco, que lo que se haga, bien o mal, afectara irremediablemente a todos, que nadie gana luego de una tierra arrasada y fundamentalmente que la gente de a pie lo entiende a paso de vencedores, pueden vestirse de rojo hasta la ropa interior, pero saben, sienten y padecen que esto no va hacia ningún lado mejor, el miedo puede a veces ser un arma de doble filo.
Y no existe fuerza que aglutine, que amolde y que cuente con respaldo mayoritario, sientes por medio de las expresiones y opiniones que esperan señales, indicativos y hechos que les indique por donde irse, los colores han comenzado a mezclarse en los sectores populares, saben que las desgracias y las carencias las están pagando todos por igual, miran y observan, han aprendido a transmutarse por necesidad, pero también a cobrar las facturas vencidas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Con Moderacion y Respeto TODOS son Bienvenidos.