martes, 22 de julio de 2014

#Venezuela : La Unidad.

Eduardo Sánchez
Según la Ley de costos y precios justos, cualquier negocio puede ser expropiado cuando al gobierno le convenga, ¿qué tan de acuerdo o desacuerdo está?, 71% dijo en desacuerdo, 28% de acuerdo, pero solo 12% “muy de acuerdo”.
Peor está para el régimen: ¿Cuánto está de acuerdo con la idea: “la existencia de muchas empresas privadas es importante para el progreso de todos los venezolanos”?, 87% dijo estar de acuerdo, 13% en contra, ¡pero ojo!, solo 3% “muy en contra”, el otro 10% solo algo en contra.
¿Entonces? ¿Qué pasa con las comunas, el colectivismo, el comunismo, la máxima felicidad?
Son 15 años de pura habladera y engaños marxistoides, el venezolano sigue considerando importante su capacidad de decidir sobre su presente y su libertad de definir lo que le gusta o no, conserva su estructura medular de capitalismo; sin embargo, cuando se le consulta por el tema de las elecciones, las cosas sufren una marcada contradicción.
Continúan las fuerzas del régimen con una gran fortaleza electoral, parece que nos encontráramos frente a una especie de alienación de lo absurdo, vives mal, no les ves salida a las cosas, sientes que todas las medidas que se toman van por mal camino, pero aun así, las clases populares siguen otorgándole un tremendo caudal de votos al oficialismo.
Evidentemente años de manipulación, de dinero sin trabajar, de mentiras y de bombardeo diario por todos los medios posibles han hecho efecto en una población que actúa exactamente lo contrario a la propia realidad que lo envuelve, porque hablemos claro, a los más pobres nadie les inventa cuentos de lo que pasa, no necesitan de eso, lo viven, lo padecen y lo sufren a diario.
¿Y las fuerzas democráticas? ¿Qué hacen para presentarle una alternativa real, palpable, creíble, digerible?, porque en honor a la verdad, no todo es culpa del sapo, alguien puede mover la estaca para que no terminemos todos ensartados, es hora de canalizar esas rabias y sentimientos de lo mal que está el país hacia objetivos comunes, las cosas no pasan solo porque queremos que así sea, ¡no, papá!, hay que meter el hombro también.
La alternativa democrática debe convertirse precisamente en eso, en alternativa, mascar chicle y caminar se deben hacer al mismo tiempo, las elecciones debemos convertirlas en protestas sociales, sin que dejen de ser elecciones, pero tampoco un desfile de egos, vanidades, jingles y pancartas, es necesario establecer puntos de encuentros y hojas de rutas.
Por la calle del medio, somos un grupo bastante heterogéneo, tenemos visiones y opiniones diferentes, pero también confluimos en muchísimas más cosas que compartimos, cambiar este nefasto régimen, de forma democrática y constitucional, es básico.
La Unidad no es una entelequia y no puede seguir siendo una especie de jarrón chino, van a existir cosas en las que los demócratas tendremos enfoques distintos, pero precisamente ahí está el trabajo urgente que debemos realizar, priorizar lo importante para poder avanzar hacia el futuro, nadie corre en un maratón sin antes haber gateado, caminado y entrenado.
Este último estudio de Keller sigue confirmando la enorme brecha del venezolano común, de a pie, de barrio, con el régimen que nos gobierna, a pesar de 15 años de “proceso”, ninguno de sus máximos postulados comunistoides ha podido calar en la inmensa mayoría de los compatriotas, toca la tarea de subir de verdad los cerros y convencerlos de la necesidad de cambios urgentes y profundos.
Ojalá tengan los actores políticos sentido de sensatez y pertenencia por Venezuela, nadie tiene la verdad absoluta, mucho menos la fuerza para imponer nada a los demás, necesario superar los desencuentros, mirarnos con honestidad, respeto y actuar en consecuencia, la pelota está de este lado.

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