viernes, 27 de junio de 2014

Y ahora, cuartel.

Eduardo Sánchez.
Se apresta el régimen, entre encuestas, protestas, silencios y cartas, a propiciar una nueva respuesta, un nuevo intento por contener lo incontenible, la nueva aventura busca tupir todo de verde militar, suenan las trompetas de la guerra.
La bendita carta aceleró más las cosas, no quieren más sorpresas, a Leopoldo le van a meter 13 años mínimo, lo dijo sin rubor la flamante fiscal, sin aviso y sin protesto, pendientes los lamesuelas y todos aquellos que creen que se salvarán haciéndoles carantoñas a los tipos; ¡yo te aviso, chirulí!
Colombia no nos envía gas del verdaderamente bueno, inmediatamente anuncian "una sequía histórica", ni la NASA tiene tal precisión, nos preparan para menos agua y más racionamiento eléctrico, el apagón ya nos alcanzó, las turbinas no dan para más, se robaron hasta los bombillos y le toca al pueblo pagar las facturas.
Han cumplido con uno de sus objetivos revolucionarios, nos han convertido en una especie de comuna de harapientos y pedigüeños en búsqueda de lo que sea nos vayan a regalar, donar, rebajar, mendigar y cualquier verbo que nos iguale cada día más hacia la marginalización colectiva.
¡Ah!, pero tendremos pensamientos únicos, mientras el grueso lucha a diario en las colas de los súper, otro tanto lo hace a las puertas de los centros comerciales buscando marcas para creerse el status, un solo gobierno, una sola desgracia.
El misil del submarino lo dijo clarito, no hay guerra económica, lo que hubo y hay son despilfarro, corrupción, fraude y una infinita ansia de poder; cuando el final llegue, averiguaremos con profunda rabia cómo en 15 años se tiraron por la borda el futuro de por lo menos una generación de venezolanos.
No menos del 70% de inflación estiman analistas serios, un dólar en 50 bolívares de los devaluados, un precio del barril de petróleo en 100 dólares y mientras tanto, Pdvsa la siguen endeudando hasta los tuétanos, entre bonos y préstamos de rusos, iraníes y chinos nos hipotecamos cada día más.
Es que uno no sale de su asombro, con su cara muy limpia Arreaza anuncia que van a convertir el Helicoide en una cárcel, ¡perro!, tienen década y media dizque humanizando los sitios de reclusión, crearon un parapeto llamado ministerio penitenciario, ¿y tiene que echar mano a una estructura construida por los adecos?, ¿dónde están entonces los millones aprobados al fulano ente?, ¿será que ahora vendrá la misión: buscando construcciones de la IV?
Frente a todo este panorama continúan los estudiantes buscando la ruta, no están dispuestos a quedarse de brazos cruzados mientras se despedaza su país, avanzan hacia una nueva Venezuela, donde exista un real reencuentro del pueblo, donde los vecinos vuelven a reconocerse, a saberse que esto nos lleva al despeñadero a todos, a ti, a mí, a tus amigos, a tu jefe y que a pesar de las diferencias, hoy nos vemos iguales, las desgracias nos acompañan sin distingo, el hampa te mata sin preguntar, para ellos sí funcionó el proceso, dueños de las calles, nos convertimos en los verdaderos reos de un nefasto régimen.
Por eso, el nuevo salto hacia adelante, buscan anticiparse a lo que se les viene encima, todo estará pintado de fuerte color verde, a falta de olor de pueblo, bueno es olor del miedo, de la represión, de la amenaza, ya no velada ni tímida, ahora frontal, directa y sin pudor, vivimos tiempos peligrosos para los sueños, quieren arrancarnos de un solo golpe la esperanza, someter y convertirnos en sumisos.
Buscan torcerte el brazo y hacerte desaparecer la idea de un presente mejor, te quieren en el piso, vencido, arrastrado y entregado.
Así las cosas, con mis alpargatas listas, acabo de desempolvar mi "Don Quijote de la Mancha" y junto a Sancho, seguir trabajando por la esperanza, con fuerza, fe y coraje.

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