jueves, 6 de febrero de 2014

Vuelven los contenedores, ahora con su guerra económica.

Entre contenedores y bachaqueros.
Fue en 2010, ¿alguno de ustedes se acuerda?, no eran piedras que sonaban en el río, eran nauseabundos olores que tenían a muchos vecinos de nuestro pedacito de cielo asqueados y preocupados de lo que pasaba; yo sí me acuerdo como si hubiese sido ayer, cuando el flamante alcalde revolucionario salió a aclarar que eran puras mentiras de los apátridas y que lo que olía mal se debía a labores "profundas" de mantenimiento a la red interna del puerto, luego vinieron las alarmas por la cantidad de contenedores que eran trasladados en horas nocturnas para quién sabe adónde y fue precisamente por la presión de las diputadas de Proyecto Venezuela que se destapó toda la podredumbre que había detrás de los olores y las denuncias. Los venezolanos fuimos mudos testigos de la pérdida de más de 130 mil toneladas de alimentos sin que hasta la fecha exista responsabilidad alguna frente a tamaño crimen contra toda la nación.
Ahora vuelven las piedras a sonar; hasta ahora no hay olores fuera del ámbito de los patios del puerto, pero definitivamente vuelve el perro arrepentido, ante la denuncia de la diputada Deyalitza Aray, vino el ministro y jefe de unos de esos rimbombantes organismos que nada hacen para descubrir que 132 contenedores estaban en abandono legal y que contenían comida para animales vencida, arvejas y arroz en igual estado y hasta unos tenían medicinas. Luego habló de que estaban muy preocupados por que estas cosas siguieran sucediendo y habló de más de 5 mil contenedores en similar situación, como piezas de dominó que caen al tumbar la primera pieza, se habla específicamente de 6.632 de éstos solo en Puerto Cabello, de los que un 58% serían del gobierno y el otro 42% de sectores privados. Siento aquí que estamos viendo la segunda parte de una película de terror y como segundas partes nunca fueron buenas, ésta parece ser terriblemente más escandalosa que la primera.
Es que si algo ha caracterizado a este régimen es que sus funcionarios han sido prácticamente los mismo estos últimos años; por eso cuando uno de ellos habla de preocupación, no deja uno de sentir una profunda indignación ante tamaño ejercicio de cinismo y desparpajo, son ellos mismos los verdaderos culpables de este desastre en puertas, la bendita guerra económica no es más que la excusa para su gigantesco fracaso, hoy los venezolanos no producimos prácticamente nada, todo lo tenemos que importar y para nuestra desgracia, quienes deben hacerlo o son totalmente incapaces o forman parte de la inmensa red de corrupción que carcome todas y cada una de las instituciones, cuyo único interés es hacer negocios a costa de la desgracia de los demás.
¿Quiénes manejan los dólares en Venezuela? ¿Quiénes controlan puertos, aeropuertos y peajes del país?, todos nos sabemos las respuestas ante estas interrogantes, si a alguien le dieron dólares Cadivi y no trajo lo que tenía que traer, pues claro que está en conchupancia con funcionarios del gobierno, y todos también saben que en los puertos todo se mueve por instrucciones desde las más altas esferas del poder; ya nadie se come ese cuento de las fulanas guerras, de los raspacupos ni de los bachaqueros, aquí el único y verdadero responsable y culpable de la situación actual es definitivamente un nefasto régimen inepto y corrupto como nunca habíamos tenido.
Hoy debemos estar bien alerta de las informaciones por venir, intentarán buscar nuevos chivos expiatorios, tratarán por todos los medios de desviar la atención de lo que realmente sucede inventando culpabilidad en los pendejos de siempre, pero lo único cierto es que jugar con el hambre de un pueblo es un acto criminal, exigimos la participación de nuestros diputados en investigar los hechos, un nuevo Pudreval es un acto de lesa humanidad.

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